Inicio Portada Ferrocarril va en retroceso; es más lento que hace 50 años

Ferrocarril va en retroceso; es más lento que hace 50 años

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Empalme, Sonora.- Tras su privatización en 1998, en lugar de lograr una mayor modernidad el ferrocarril por lo contrario va en retroceso, y como muestra está el hecho que en 1960 podía alcanzar una velocidad de hasta 105 kilómetros por hora, y hoy en día se desplaza a no mayor de 50 por hora.

Hasta hace años un tren recorría el trayecto de Nogales a Empalme en un lapso de siete a ocho horas, en el caso del carguero, y ahora lo hace en más de 15 horas, aplicando además una mayor carga de trabajo a las tripulaciones, lamentó el señor Joaquín López Castro.

Conductor retirado de camino, el señor Joaquín López sostuvo que con la llegada de la iniciativa privada los trenes se han hecho más lentos, además que incrementaron los riesgos de accidentes por aumentar las unidades de arrastre.

Dijo que cuando el ferrocarril lo administraba el gobierno eran máximo 60 las unidades de arrastre que podía remolcar un tren carguero, pero ahora le ‘enganchan’ hasta 120, e incluso, como ocurrió recientemente con la compañía Kansas, en el sur del país, remolcó 165 unidades, con aproximadamente 2.9 kilómetros de extensión, desde la máquina hasta la última unidad.

Denunció que esa situación genera no solo una mayor carga de trabajo a las tripulaciones, que deben de laborar más de 15 horas en una sola jornada, sin descansar, sino que pone en riesgo a los propios trabajadores y a la población en general cuando se transportan materiales peligrosos.

A eso se le debe de sumar que ahora se envían trenes con químicos sin su revisión por parte del trabajador, ni ocular ni auditiva, y solamente lo hacen oficiales de la empresa, en este caso Ferromex, como ocurre cuando salen de las minas transportando materiales de alta peligrosidad.

Recordó que antes si un tren se desplazaba a una velocidad mínima de 15 kilómetros por hora automáticamente se ‘amarraba’, y hoy no, y ‘caminan’ hasta a cinco por hora.

Urgió la necesidad de emprender una cruzada entre los ferrocarrileros para que se modernice el ferrocarril, y de ser posible luchar porque regrese el tren de pasajeros en Sonora.