Nogales, Sonora.- Guillermo Daniel Flores Pérez es un jovencito de 15 años de edad, que forma parte de una humilde familia de 13 integrantes — sus padres y 10 hermanos –, a quienes ayuda en el gasto familiar con la venta diaria de donas en la vía pública, pero tiene fija en su mente una meta: Llegar a ser Físico-Matemático.
Trabaja todos los días desde las ocho de la mañana, y por las tardes acude a Escuela Secundaria General número 38, ubicada en la colonia Héroes, donde cursa el tercer año, y de ahí continuará la “prepa” en el Colegio de Bachilleres (Cobach).
Se levanta temprano, se baña, su señora madre le proporcionad su desayuno y a las ocho de la mañana ya está con su “patrón”, un señor que le paga 700 pesos a la semana y le da de comisión dos pesos más por cada dona que vende.
Guillermo Daniel se coloca sobre su cabeza una charola con las donas calientitas, que llevan una gran variedad de cubierta de dulce, ya sea de glaseado, chocolate o fresa, que cobre con un plástico transparente limpiecito, y a darle al trabajo, a recorrer la colonia Buenos Aires y comercios de la calle Adolfo Ruiz Cortines, “hasta que vendo todo”.
Se regresa a la panadería artesanal a entregar el dinero de las ventas y de ahí a su casa a comer y cambiarse para ir a la secundaria.
Hijo de Reina Pérez y Guillermo Flores, dice que la tarea de la venta de donas es de lunes a viernes por la mañana, pero los sábados y domingos “le pago más duro, camino más, pero vendo más y gano más, para ayudar en el gasto familiar y sostener mis estudios.
Dice estar muy contento con lo que hace, que así seguirá también durante la “prepa”, y que cuando llegue el momento de hacer una carrera universitaria, buscará la forma de ingresar a la Universidad del Valle de México (UVM) y convertirse en todo un Físico-Matemático.
Su sueño es firme: Ganar mucho dinero, apoyar a sus padres y sacar adelante a sus diez hermanos.
