Estados Unidos.- El bebé que había sido diagnosticado con muerte cerebral tras ser arrancado del vientre de su madre en Chicago ya logra respirar por sí mismo, según los últimos informes proporcionados por el padre.
El pequeño Yardiel ha pasado de depender totalmente de un respirador artificial a respirar por sí mismo durante lapsos de 15 minutos.
Gracias a sus oraciones, mi hijo ya tiene un poquito más de salud y esperemos que todas sus oraciones nos ayuden», expresó Yovani, el padre.
De acuerdo al diagnóstico de los médicos, el bebé no contaba con actividad cerebral tras haberse visto privado del ingreso de oxígeno al ser arrancado del vientre de su madre Marlen, una joven mexicana de 19 años, el pasado 23 de abril, cuando acudió a un domicilio presuntamente a recibir ayuda para su embarazo y fue asesinada por una mujer y la pareja de esta.
El menor fue ingresado al hospital por la mujer que asesinó a Marlen, quien se hizo pasar por la madre del menor y no fue interrogada al llegar al lugar bañada en sangre con el bebé en brazos, sin señales de haber tenido un parto.
La mujer estuvo varios días en el hospital junto al bebé mientras él y su madre eran buscados desesperadamente por su familia, hasta que finalmente fue detenida.
Ahora la familia de Yardiel intenta desesperadamente cambiar el acta de nacimiento del menor, pues allí figuran como padres la asesina de Marlen y su pareja, que fue cómplice del atroz crimen.
Marlen, mexicana indocumentada de tan sólo 19 añis, había acudido a casa de estas personas el 23 de abril, ya que le habían prometido obsequiarle ropa y un auto a través de un grupo de Facebook.
Familiares de Marlen llegaron a Chicago para asistir a su funeral. Foto: AP
Sin embargo, fue estrangulada por la mujer con ayuda de su pareja y su hija, quienes luego le arrancaron al bebé de su vientre.
Ese mismo día, la pareja de Marlen reportó su desaparición, pero fue hasta dos semanas que el cuerpo de su esposa fue hallado dentro de un bote de basura por las autoridades, que además le informaron que su hijo ya había nacido.
