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Concesionarios de las rutas Las Palmas, Marsella y su «monopolio» violan la Ley del Transporte

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Guaymas, Sonora.- Aunque al inició del periodo establecido para encender la refrigeración de las unidades del transporte público, en la región de Guaymas y Empalme algunos concesionarios se negaban bajo el argumento de que “todavía no se ocupaba”, pero en estas fechas con un calor infernal y siendo obligatorio por ley, los concesionarios de las rutas de Las Palmas, Marsella se niegan hacerlo, pero lo que no niega es estar cobrando la tarifa de 9 pesos, en una clara y flagrante violación a la Ley General del Transporte en Sonora, lo que repercute en la comodidad del usuario.

Numerosas quejas han estado llegando a la redacción sobre los chofer de los autobús de las mencionadas rutas, que les cobran 9 pesos, como si cumplieran con las especificaciones de ley para esa tarifa.

Usuarios reclamaron al operador sobre el caso y les contestó que el clima aún no es extremo, “no se ocupa todavía”, para luego negarse a cumplir con esta disposición legal.

Por otro lado en reiteradas ocasiones usuarios del transporte público de la ruta San Carlos, nos envían sus quejan por el deficiente servicio que ofrecen los concesionarios de esta ruta, siendo los mismo que de la ruta Las Palmas y Marsella aparte de casi convertirse en un Monopolio en Guaymas, pues aún cuando las temperaturas son sofocantes no encienden la refrigeración, pues si bien no es una obligación por ley para estas rutas, ya que son suburbanos, ahí es cuando debería entrar el criterio y el «Servicio al Cliente», lo cual no existe.

Una residente de este puerto, que a diario se traslada a la comisaría de San Carlos, Nuevo Guaymas, refiere como ejemplo la unidad número 106, que trae su equipo de aire acondicionado semi-desmantelado y fuera de operación, además luce extremadamente sucia y con láminas sueltas, que representan un riesgo para el pasaje.

Pero además hay otras unidades de la misma ruta que andan en condiciones similares o peores, como una de ellas que expulsa demasiado humo y que el mismo entra a la unidad y hace más incómodo el viaje.

“Lo único que sí se respeta es la tarifa, a esa sí no le bajan, la cobran como si fuera servicio de primera, cuando a los camiones ni siquiera limpios los traen, además del calorón y que suben pasaje hasta el tope”, expone.