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Al comer higos estamos ingiriendo cientos de avispas que se introducen durante su maduración

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Ciudad de México.- Los dulces y crujientes higos que comemos no son una fruta, se trata de siconos que guardan cientos de pequeñas flores en su interior que disfrutamos en cada mordida, además de otros pequeños seres que están allí, ¡la naturaleza es fascinante!

Milimétricas avispas buscan resguardo para sus hijos

Los higos verdes reciben milimétricas avispas embarazadas (de la familia Agaonidae) y cargadas de polen que se introducen por el ostiolo (en la parte inferior del higo) para tener a su hijos –de paso polinizan las flores femeninas maduras-. Es una situación dolorosa para los pequeños insectos quienes al entrar por el agujero pierden sus alas y sus antenas.

Dejan sus huevos y mueren dentro del higo

Las avispas depositan sus huevos y luego, exhaustas mueren dentro del higo. Las flores forman agallas que protegen los huevos.

Dentro del higo que va madurando, los hijos de las avispas, machos y hembras, se van desarrollando en las flores que los protegen y en las otras flores fueron polinizadas, se forman los frutos y semillas.

Hijos machos copulan, excavan y nunca abandonan el higo

Una vez que alcanzan la madurez, los machos copulan con las hembras jóvenes y luego cavan túneles para que ellas escapen. Tras reproducirse y excavar, los machos mueren, nacieron sin alas y no abandonan el higo.

Las avispas embarazadas salen por los túneles embarradas de polen de las flores en el interior e irán en busca de higos inmaduros para repetir el ciclo de la vida entre avispas e higueras (Ficus carica).

¿Comer higos es comer insectos?

Mariano Sánchez, conservador del Real Jardín Botánico de Madrid, responde: «No tiene nada que ver, se trata de una simbiosis que beneficia a ambas especies».

El conservador habla del símil del suelo: «Cuando un ratón muere y se descompone, es absorbido por las raíces de la planta y nadie diría que estamos comiendo carne al consumir la planta o su fruto».

No comemos insectos, según explica, por qué en el caso de que una avispa se confunda de fruto y muera en el higo que sí nos comemos sus cuerpos muertos se descomponen dentro del fruto gracias a la ficina, una enzima del fruto que convierte al insecto en proteína.

Así que no estás comiendo avispas:

«Los higos que se comercializan se reproducen mediante, esquejes así que no necesitan ser polinizadas» añade Sánchez.