Ciudad Obregón, Sonora.- En un hecho por demás lamentable, las balas asesinas acabaron con la vida de Francisco, conocido cariñosamente como «Frank» entre sus amigos y familiares; sin tener «vela en el entierro» y mientras practicaba deporte, su vida fue segada por disparos de armas de fuego, convirtiéndose en una víctima colateral de la violencia rampante que vive nuestro otrora apacible Cajeme.
Entusiasta deportista y miembro activo del Club de Boliche «Guerreros», Frank es una de las víctimas que fueron ejecutadas el viernes en la colonia Fovissste, obviamente las ráfagas disparadas por los sicarios no eran para él, aún así, sus ejecutores hicieron sonar su armamento logrando acabar con su vida.
En su corto camino por esta vida, Frank se había integrado poco a poco y con mucho esfuerzo y decisión a su entorno social, practicaba deportes en equipo, actividad que lo hacía sentirse querido y valorizado como persona.
Su evidente discapacidad nunca fue motivo para sentirse menos, al contrario, lo hacía tener más valor como persona, sentirse amado y aceptado, él era feliz en un mundo cada día más violento y falto de valores.
Hoy, Cajeme y todo Sonora, lloran la partida de Frank, lo menos que debemos pedir, no señores, ¡EXIGIR!, que su desafortunada muerte sirva como parteaguas en esta eterna ola de violencia a la cual estamos cada día más habituados; que como sociedad, pongamos un alto definitivo al tolerar como «normal», que nuestros jóvenes tomen el camino equivocado de la delincuencia.
DESCANSE EN PAZ FRANK, QUE TU SACRIFICIO SIRVA PARA QUE SEAMOS FUERTES E INFLEXIBLES CON LA EDUCACIÓN Y VALORES PARA CON NUESTRA JUVENTUD.