Múzquiz, Coahuila.- Un perro fiel espera pacientemente a que su amo aparezca por la boca de la mina, lo que no sabe es que el minero no volverá a casa; la mascota de Leopoldo –que es el nombre del minero fallecido– lo seguirá esperando por un largo tiempo, el no entiende que es uno de los mineros que quedaron atrapados en el derrumbe de la mina de carbón «Micarán» de Múzquiz, Coahuila.
José Leopoldo Méndez Sánchez falleció en el derrumbe junto con seis compañeros, pero su querido perro lo esperará siempre que sus fuerzas y su recuerdo perdure, la fidelidad que un ser irracional expresa a su dueño es invaluable, el movimiento constante de gente en el lugar lo tienen confundido, aunque el seguirá esperando.
El perro no es de raza pero no es necesario, es un criollo color café claro con el hocico alargado y tiene rasgos muy parecidos al de un pastor alemán, cuenta con cinco años de edad y es un integrante más de la familia; José Santos, amigo de Leopoldo comenta: «Leopoldo en vida era tranquilo y no se metía con nadie. Era a todo dar».
José cuenta que durante las labores de rescate de los compañeros caídos, el perro siempre asistió al lugar con la esperanza de ver a su dueño; transcurrieron los días y el perro no cejaba en su empeño de ver salir a Leopoldo, recibir palabras de cariño o simplemente una caricia.
El no comprende que Leopoldo no volverá, los días irán pasando hasta que el fiel can termine por retirarse del lugar; está relación de amistad entre un perro y un hombre es el mejor ejemplo de que los canes son «el mejor amigo del hombre».
