Ciudad Obregón, Sonora. Policarpio Valenzuela Armenta es un hombre de 71 años de edad y que desde hace 22 años se dedica al comercio ambulante, con su propio negocio de venta de penca de nopal, en una jornada diaria que empieza a las cuatro de la mañana y termina a las cuatro de la tarde.
Originario de la comunidad yaqui de Vícam, radica en el pueblo denominado El Castillo, localizado entre Bácum y San Ignacio Río Muerto, donde tiene su siembra de nopales y de ahí va cosechando las pencas nuevas (tiernitas) para su venta, con la ayuda de su esposa.
Indicó que este negocio lo inició luego de que un amigo suyo, de nombre Felipe Esparza, le enseñó el negocio, «gracias a él, hace casi 22 años me dedico a la venta, ya que no sabía yo vender y enseñó él a que perdiera los miedos”, relata.
Policarpio es padre de cinco hijos y tiene siete nietos, y de esta actividad logra el sustento familiar.
Su actividad inicia a las cuatro de la mañana cuando empiezan a pelar nopal y limpiarlo, lavarlo con toda higiene y empacarlo.
Cuando el producto está listo, sale apresurado a tomar el camión, en el que
recorre alrededor de 26 kilómetros para llegar a Ciudad Obregón, hacer sus ventas a domicilio y luego instalarse en la esquina de las calles Galeana y Sinaloa, donde permanece hasta las tres de la tarde, que levanta su puesto y de nuevo a tomar el camión de regreso a casa, a donde llega a las cuatro de la tarde.
Don Policarpio es todo un emprendedor, con un negocio que crece en sus ventas día con día, y de donde orgullosamente sostiene a su familia.