Magdalena de Kino, Sonora – Era su primera salida, tras sumarse al colectivo Buscadoras por la Paz; estaba determinada a encontrara a su hijo José, de 28 años de edad, quien estaba desaparecido cinco meses atrás.
Y es que Yadira no tuvo que salir muchas veces, pues en la misión que llevaba en un cerro de Magdalena de Kino, Sonora, encontró ropa y una tarjeta que le resultaron familiar; su corazón también le indicó que ahí estaba su hijo, a quien se comieron los animales carroñeros.
No iba sola; fue acompañada por su hija, que se sumó porque echaba de menos a su hermano y también estaba determinada a encontrarlo entre la larga lista de desaparecidos.
Actualmente, en el país suman poco más de 95 mil desaparecidos, quienes fueron reportados ante las autoridades y hoy forman parte de las estadísticas, pues son víctimas de la violencia y el tráfico de narcóticos.
«¡Ay, mi hijo!, ¡se lo comieron los animales!», se dolió al ver los restos óseos de su «tesoro», así como sus demás pertenencias que le confirmaron era su amado José, quien desapareció en una zona que es territorio de constantes enfrentamientos de bandas criminales, que buscan controlar el trasiego de estupefacientes y que, actualmente, sólo pueden acceder acompañadas por elementos de los tres órdenes de gobierno.
José fue sacado de su casa a rastras, por un grupo armado; desde ese día no sabían nada de él, por lo que su madre y su hermana, luego de levantar la denuncia, se integraron a las Buscadoras por la Paz y corrieron con lo que sus compañeras llamaron «suerte» 0pues algunas llevan años buscando a los suyos y nada.
«Triste decirlo, pero qué suerte que recuperaron a su hijo en su primera búsqueda», señaló Charlin, quien también busca a su hijo e integra el colectivo.