Al menos 12 personas murieron tras una estampida este sábado en un estadio de fútbol en San Salvador, la capital de El Salvador, según fuentes oficiales.
El incidente ocurrió durante el partido donde se enfrentaban el equipo local Alianza y el FAS Santa Ana en el Estadio Cuscatlán.
El enfrentamiento fue suspendido.
Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, describió el evento como «sin precedentes» y dijo que se lanzaría una «investigación exhaustiva».
Previamente la policía había comunicado que siete hombres y dos mujeres se encontraban entre los fallecidos. Todas las víctimas superaban los 18 años.
Se reporta que la tragedia ocurrió después de que un gran número de aficionados intentó entrar al recinto después del cierre de puertas.
Las autoridades creen que algunos hinchas compraron entradas falsas y están investigando lo ocurrido.
Imágenes compartidas por medios locales parecen mostrar a espectadores intentando derribar barricadas en la entrada al estadio.
Todos los partidos de fútbol de todas las categorías quedaron suspendidos este domingo.
Una transmisión en vivo del partido publicada en YouTube muestra que el partido se suspendió después de una aparente conmoción en las gradas. Más tarde se ve a personas siendo llevadas por los servicios de emergencia en camillas.
También se ve a algunos aficionados agitando sus camisetas a las personas en el suelo para tratar de refrescarlas.
Sandra Guzmán, una de las sobrevivientes, abandonó el hospital este domingo con una venda en su rodilla izquierda, caminando con dificultad junto a su amigo Javier Ramírez.
Los equipos de primeros auxilios ofrecieron asistencia a las personas heridas.
Ambos dijeron que esta sería «la primera y última vez» que experimentarían una desgracia así porque no volverían a un estadio.
«Una gran masa de personas cayó sobre mí. No podía respirar», dijo Guzmán a la agencia AFP.
«La gente me empujaba para entrar, no me daban oportunidad de regresar. Entré en pánico, tenía mucha gente sobre mí. Me desmayé y cuando desperté estaba en el hospital», dice Guzmán, describiendo el momento en que estaba frente a la puerta del estadio.
«Fue una avalancha de hinchas que invadieron la puerta», le dijo a periodistas un voluntario del grupo de primeros auxilios Comandos de Salvamento.
«Algunos todavía estaban debajo del metal en el túnel. Otros lograron llegar a las gradas y luego al campo y fueron asfixiados».
El presidente Bukele dijo que «todos» serían investigados, incluyendo equipos, entrenadores, trabajadores del estadio, la liga y la federación.
«Sean quienes sean los culpables, no quedarán en la impunidad», publicó en Twitter.
Las autoridades comunicaron que 90 personas están recibiendo atención médica y que hombres, mujeres y niños habían sido tratados por «múltiples traumas».
500 personas han recibido algún tipo de atención médica, dicen las autoridades.
Luis Alonso Amaya, de Protección Civil de El Salvador, dijo que alrededor de 500 personas habían recibido tratamiento médico, con muchos ingresados en el hospital.
El ministro de Salud, Francisco Alabi, comunicó que la mayoría de heridos se encuentra en condición estable y que no había reportes de muertes desde los hospitales.
Alabi tuiteó que el gobierno había desplegado ambulancias desde hospitales cercanos hacia el estadio, con los heridos siendo enviados a diferentes instituciones públicas para ser tratados.
La Federación Salvadoreña de Fútbol dijo que todos los partidos nacionales de todas las categorías serían suspendidos este domingo. También dijo lamentar lo que ocurrió y mostró su apoyo a las familias de las víctimas.
El presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), Gianni Infantino, ofreció sus condolencias a los familiares y amigos de las víctimas, calificando la estampida como «trágica».