Todos tenemos un amor inolvidable, como diría Katy Perry ‘The one that got away’; aquel que siendo el primero o no, el más duradero o romance fugaz, un amor de verano, de invierno o de las cuatro estaciones, nos ha marcado y constantemente pensamos ¿qué habría pasado si…?
Phyllis Ponting, una tierna abuelita británica, de 99 años, recibió una carta que 77 años atrás había sido enviada, pero por azares del destino no llegó a su destinataria.
Según Daily Mail, Phyllis esperaba noticias de su novio que había sido enviado a la India por la guerra y le había pedido matrimonio; ella había aceptado mediante una carta que nunca tuvo respuesta.
Una expedición de arqueólogos logró encontrar la embarcación de carga SS Gairsoppa que transportaba una buena cantidad de metales preciosos y se presumía que estaba hundido desde 1941 en la costa de Irlanda.
Del navío rescataron algunas pertenencias, entre las que destacaron 700 escritos que hicieron llegar a los remitentes. El cartero le entregó a Phyllis un sobre del Museo Postal de Londres y ella reconoció la letra de su entonces prometido Bill Walker; era la carta que había esperado durante toda su vida:
Desearía que hubieses estado allí cuando la abrí. Lloré de la emoción. No podía contenerme. Si solo pudieras saber lo feliz que me hizo, cariño”.
La anciana contó en una entrevista que todo este tiempo se había preguntado qué habría sido de Bill; se llegó a afirmar que había muerto en combate:
De lo contrario, habría ido directo a mi casa. Nos habríamos casado. Él me amó mucho”.
Phyllis nunca volvió a recibir noticias de su exprometido y después de algunos años, encontró el amor de nuevo. Se casó dos veces; con su primer marido tuvo cuatro hijos, pero enviudó, así que volvió a casarse con Reginald Ponting.
Esta carta se encuentra en una exposición llamada Voices from the Deep en el Museo Postal de Londres. La preservación de la misma, según expertos, se debió a la falta de luz y oxígeno en las profundidades marinas.
