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El padre de Julen gritó «¡No, otra vez no!», mientras la madre salió corriendo gritando su dolor

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España.- El país se conmovió aún más por este caso al conocerse que los padres de Julen ya habían perdido en 2017 a un hijo de tres años, Oliver, que murió de un ataque al corazón.

Al conocerse el trágico desenlace el padre de Julen gritó «¡No, otra vez no!», mientras la madre salió corriendo gritando su dolor y pidiendo a las autoridades entre un clima de tensión que alejaran a la prensa.

El anuncio de la muerte de Julen, que desde hace días era dado como la posibilidad más segura aunque la familia mantuvo la esperanza hasta el final, provocó una avalancha de mensajes de condolencias en todo el país, particularmente entre figuras políticas.

«Toda España se suma a la tristeza infinita de la familia de Julen. Hemos seguido de cerca cada paso para llegar hasta él. Siempre agradeceremos el incansable esfuerzo de quienes lo buscaron durante todos estos días. Mi apoyo y cariño a sus padres y seres queridos», escribió el jefe de gobierno español Pedro Sánchez en Twitter.

El rey Felipe VI expresó su «dolor más profundo» y su «pésame más sentido a toda la familia de Julen».

Las autoridades no tuvieron pruebas en ningún momento de que el niño siguiera con vida. Poco después de que se denunciara su caída encontraron en el pozo pelo del menor y una bolsa de golosinas.

Pero desde el principio desplegaron un operativo de una amplitud excepcional, movilizando a cientos de rescatistas -seguidos de cerca por una multitud de periodistas- para dar con el menor.

Los servicios de salvamento introdujeron en un primer momento una cámara en el pozo, pero no lograron llegar a más de 70 metros de profundidad, ya que un tapón de piedras y tierra lo impedía.

Entonces se vieron obligados a cavar un túnel vertical en paralelo, una tarea que se topó con numerosos contratiempos debido a la dureza de la roca.

En la última fase de la operación, de gran complejidad y sembrada de riesgos, un grupo de mineros de élite acostumbrados a rescatar a víctimas en las circunstancias más complejas y llegados especialmente desde Asturias (norte), excavaron una galería horizontal de casi cuatro metros.

El objetivo era acceder al pozo con un túnel paralelo al nivel en el que las autoridades creían que se hallaba el pequeño.

Los ocho mineros, equipados con botellas de oxígeno, descendieron de dos en dos desde el jueves por el túnel mediante una jaula metálica.

En esta fase de la operación participaron también bomberos y un equipo de artificieros de la Guardia Civil.