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Diclofenaco y analgésicos son mortales para tu hígado

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Ciudad de México.- Mediante el uso de aprendizaje automatizado (machine learning) y big data, investigadores del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y del Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN), desarrollaron un modelo computacional en línea llamado “Time TGO”, cuyas capacidades han permitido identificar los fármacos más tóxicos para el hígado.

Los investigadores Héctor Alberto Rueda y Roberto Alejandro Cárdenas, estudiantes de doctorado del ITESM, realizaron este estudio debido a que en general, todos los fármacos tienen un cierto grado de toxicidad.

Bajo este método que emplea minería de datos en series de tiempo para evaluar el efecto que genera cada posible compuesto o fármaco, y que integra la información de múltiples dosis, tiempos y réplicas, fue posible hacer esta clasificación.

El proceso de clasificación de los compuestos más tóxicos emplea modelos humanos en vitro, en rata en vivo y rata en vitro, a través de niveles de expresión de genes. No obstante, es muy complejo detectar sus posibles efectos secundarios, por lo que se buscó detectar los posibles daños que diversos fármacos pueden ocasionar a los órganos, en particular al hígado.

Anualmente, la Administración de Drogas y Alimentos en Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprueba en promedio 21 nuevos medicamentos, de los cuales más de la mitad son removidos del mercado después de 12 meses debido a que presentan efectos adversos que pueden ser letales para el organismo.

Las sustancias detectadas como más dañinas para el hígado se encuentran normalmente en algunos medicamentos, que incluso son de libre venta. De acuerdo con IMS Health, de cada cinco compras de medicamentos que realizan personas de 25 a 55 años, 3.3 son adquiridos con receta médica.

De acuerdo con los científicos mexicanos, las sustancias más dañinas o tóxicas para el hígado son isoniazida, acetaminofen, fenobarbital, diclofenaco, etionina e isotiocinato de naftilio.

La isoniazida se emplea en el tratamiento de la tuberculosis, el acetaminofén es un analgésico de los no opiáceos, para tratar dolores leves o moderados. Sin embargo, tomar demasiado acetaminofén puede llevar a un fallo hepático o a la muerte.

El fenobarbital es el anticonvulsivo más usado en la actualidad y también el más antiguo. Tiene propiedades sedantes e hipnóticas, pero en altas dosis presenta riesgo de insuficiencia hepática.

El diclofenaco es un antiinflamatorio no esteroideo (AINE), que se utiliza para reducir la inflamación y para tratar el dolor. También es útil para tratar la osteoartritis, artritis reumatoide y en dolores leves a moderados. En dosis altas puede ocasionar hepatitis con o sin ictericia, y en casos aislados hepatitis fulminante.

Otro compuesto identificado como dañino para el hígado es el isoticionato de naftilio, que se emplean para el control de los patógenos de las plantas y su consumo en humanos puede derivar en grave daño al hígado.

Finalmente, la etionina provoca daño hepático, deficiencia de la síntesis proteica e induce hígado graso.