Ciudad de México.- Una guitarra eléctrica hecha a base de cocaína fue embargada por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) en la aduana del Aeropuerto Internacional de Cancún. La guitarra pertenecía a una pasajera de nacionalidad mexicana.
El SAT informó que debido a que el instrumento musical registró un peso fuera de lo común, con ayuda del equipo de rayos X se detectó que la imagen mostrada no correspondía a la naturaleza de la mercancía.
Para salir de sospechas, el personal hizo la revisión con un binomio canino para una inspección más certera, con lo cual marcó de manera positiva.
El “instrumento musical” dio un peso de 58 kilogramos.
Y más todavía
Por otro lado y en un hecho diferente, se embargaron otros 58 kilogramos de presunta cocaína que se encontraban en un equipaje proveniente de Guayaquil, Ecuador.
A partir de una revisión exhaustiva, y también con el apoyo de un binomio canino, se detectó la cocaína en 50 paquetes.
En ambos casos, las autoridades aduaneras y fiscales actuaron conforme al protocolo. Se dio aviso de los hechos a la Fiscalía General de la República (FGR) para iniciar las carpetas de investigación y realizar las acciones correspondientes.
Con estas acciones el órgano recaudador de impuestos, que tiene bajo su responsabilidad las aduanas, refrendó el compromiso del Gobierno federal de trabajar con eficacia.
Lo anterior con el uso de la tecnología para vigilar la entrada y salida de mercancías en todas las aduanas del país, con el propósito de proteger la integridad y salud de los mexicanos.
Y hasta en tapetes
La Fiscalía General de la República (FGR) informó del decomiso de 7 kilos 600 gramos de cocaína escondidos en láminas dentro de tapetes en Jalisco.
De acuerdo con la dependencia, el hallazgo fue en el recinto fiscal del Aeropuerto Internacional de Guadalajara Miguel Hidalgo I. Costilla, ubicado en en Tlajomulco.
La caja fue detectada cuando policías federales ministeriales realizaban vigilancia en la zona junto con sus canes entrenados.
En el interior del paquete había 18 tapetes artesanales, y al revisarlos se descubrió que tenían láminas de cocaína.
El envío provenía de Perú e iba hacia Hermosillo, Sonora.
