Oporto, Portugal.- Sonia Azevedo, de 41 años de edad y trabajadora auxiliar en el Instituto Portugués de Oncología de Oporto, recibió la vacuna contra el COVID-19 el 30 de diciembre, celebró la llegada del año nuevo y la mañana del primer día de enero falleció repentinamente en su domicilio, lo que ha dado curso a una investigación.
Se dijo que la trabajadora de salud no mostró síntoma alguno tras recibir el fármaco, a grado tal que continuó con las actividades normales.
Pero tras la celebración del Año Nuevo, se retiró a descansar y más tarde fue encontrada sin vida.
Por tal motivo se ha abierto una investigación para determinar si la vacuna pudo haberle ocasionado la muerte.
Su padre expresó: “Quiero respuestas. Pasó con nosotros la nochevieja y estaba bien. Ya había recibido la vacuna. No se quejaba de dolor ni de nada. Por eso no entiendo cómo ha podido suceder esto”.