Guaymas, Sonora.- Doña Rosita y su esposo Joaquín, de 80 y 90 años de edad, respectivamente, se juraron amor eterno, hasta que la muerte los separara, pero ella todavía siguió viviendo con él tres días después de su fallecimiento.
Dormía con el cuerpo inerte de su amado en la única cama del departamentito deplorable, localizado en la calle 13 y la avenida primera del sector Yucatán, hasta que el caso fue descubierto.
Fue poco después de las cuatro de la tarde de ayer miércoles cuando se avisó de una persona fallecida en un departamento del lugar.
Elementos de la Policía Municipal llegaron al sitio, al igual que paramédicos de Cruz Roja, pero lo primero que se encontraron fue que doña Rosita no les permitió que entraran a examinar a su esposo.
El cuerpo ya estaba en franca descomposición, olía muy mal, pero ella – con problemas seniles – no lo aceptaba, hasta que finalmente la convencieron y accedió a dejarlos pasar.
El cuadro que encontraron paramédicos, policías y peritos fue sorprendente: Don Joaquín y doña Rosita estaban viviendo bajo condiciones de pobreza extrema, todas sus pertenencias en mal estado y
una falta de higiene tremenda, además de las condiciones en que estaba en anciano, fallecido unos tres días atrás y ya en estado de putrefacción.
Así estuvo ella viviendo con su amado Joaquín, no aceptaba que ya estaba sin vida, y lo seguía atendiendo como todos los días.
Tras la intervención de las autoridades y el retiro del cadáver a las instalaciones de la agencia funeraria concesionada como Servicio Médico Forense (SEMEFO), doña Rosita se quedó sola y temen por su vida.
URGE LA RESCATEN
Doña Rosita está sola, sin ningún tipo de asistencia y con problemas seniles, por lo que temen por su salud y su vida misma, de ahí que sus vecinos buscan la manera que alguna institución le brinde atención.
Se sabe que vienen familiares que la pareja tiene en Mexicali, para atender el asunto funerario, pero de la suerte que tendrá doña Rosita nada se sabe, y eso preocupa.