Guaymas, Sonora.- Este sábado se cumplen seis años de la desaparición del joven guaymense Mario Eduardo Arce Rodríguez, en aquel entonces de 23 años de edad, quien fuera asesinado para robarle su auto y el dinero que llevaba consigo para adquirir otra unidad, allá en la fronteriza ciudad de Mexicali, Baja California, donde cursaba estudios universitarios.
Aquel 17 de julio del 2015 Mario Eduardo salió presuroso de su casa, iba ilusionado a comprar un auto, a cuyo propietario había contactado a través de redes sociales.
Pero ya no regresó, nada se supo de él, sino hasta días después que se localizó la unidad que llevaba.
Cuatro meses más tarde se informó de los restos, que se tenían depositados en el Servicio Médico Forense, en base a estudios de genética (ADN) correspondían a Mario Eduardo.
Sus familiares, principalmente su señora madre – empleada del Seguro Social en Guaymas – desde la desaparición del joven estuvieron presionando a las autoridades, realizaron varias manifestaciones de protesta hasta que las investigaciones llevaron a la identificación de los presuntos autores del homicidio.
Se trata de una pareja; el sujeto está preso en Texas, luego de que fue descubierto cuando conducía un camión de carga con varios inmigrantes indocumentados, y será hasta que compurgue su sentencia en aquel lugar, cuando sea deportado a México.
Su pareja sentimental, de nombre Laura Lorena, fue la única imputada a proceso por este crimen, pero el 13 de marzo del 2020 le dictaron sentencia absolutoria, luego de que el juez de la causa estimó que la Fiscalía de Justicia del Baja California no acreditó debidamente la responsabilidad, y quedó libre la noche de ese mismo día por falta de elementos.
MENSAJE
Hoy en la página oficial de “Justicia para Mario Eduardo” se publica lo siguiente:
“Hace 6 años Mario Eduardo salió de casa. Ya no hay mucho que decir, no hubo justicia a pesar de la terrible forma en que fue ‘desaparecido’ nadie pagó y por lo visto nadie pagará por toda la serie de delitos y atrocidades que cometieron en su persona y la irreparable pérdida que sufrió una familia, en especial su madre. En manos de Dios está el juicio real, el que no se puede manipular, el que si tendrá memoria, el juez
incorruptible, el que nos devolverá la paz a nuestras almas. Siempre en nuestra mente y corazón amorcito nuestro MARIO EDUARDO ARCE RODRIGUEZ”.
Descanse en paz.
