Argentina.- Exobispo argentino acusado de abuso contra dos exseminaristas, negó ser responsable de la denuncia pese a que testigos afirmaron haber visto conductas inapropiadas durante su rol como obispo de la diócesis.
El juicio del exobispo argentino Gustavo Oscar Zanchetta, comenzó en la norteña provincia de Salta, en Argentina, donde enfrenta cargos por abuso simple continuado agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso.
En su declaración en la primera jornada del juicio, el lunes pasado, Zanchetta negó las acusaciones y dijo haber tenido una “buena relación y sana” con todos los seminaristas, según un comunicado del Poder Judicial de Salta, en tanto explicó su rol como obispo de la diócesis y dijo que detrás de la denuncia de los dos seminaristas hay “otra connotación”.
El religioso había abandonado Argentina y se había asentado en España hasta que fue nombrado por su “capacidad para la gestión administrativa” como asesor del ente para la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, que gestiona los bienes y propiedades de la Curia Romana.
A principios de 2019, el Vaticano comenzó a investigarlo tras haber sido acusado de abusos, y un mes después la Justicia argentina recibió la primera denuncia por parte de una de las supuestas víctimas, que pertenecía a la congregación que dirigía el exobispo.
Zanchetta hizo alusión este lunes al expediente de la investigación canónica, y dijo que tres sacerdotes le habían dicho que la denuncia se trataba de una venganza.
Declaró que solía mantener charlas con los seminaristas porque como rol de obispo debía conocer a sus seminaristas, sobre todo para saber si iban a cumplir su papel como sacerdotes, pero agregó que “nunca hubo alguna connotación sexual”.
Y contó que siendo obispo visitó algunos domicilios a los que fue invitado por los familiares de los seminaristas, y ellos le confiaban sus problemas familiares o historias de vida. Fue así que se enteró de que uno de los denunciantes había sido abusado cuando era niño por un tío, y dijo que este tema lo trató con el propio seminarista.
Las dos víctimas declararon luego sin la presencia del imputado y ratificaron lo declarado durante la investigación.
Entre las testimoniales, un exseminarista que cree en la declaración de los denunciantes se refirió a Zanchetta “como un hombre autoritario a quien todos los seminaristas y sacerdotes le tenían miedo” y dijo que “tenía un trato diferencial con algunos seminaristas” y agregó que vio “los abrazos que por lo general eran desde atrás y duraban más de la cuenta, y también los masajes”.
Uno de los sacerdotes que lo denunció en el juicio canónico Martín Alarcón, que se desempeñaba como rector del seminario Juan XXIII durante la gestión de Zanchetta, hizo referencia a los regalos que hacía, como ropa, computadoras o dinero.
Otro de los sacerdotes que denunció a Zanchetta en el juicio canónico Gabriel Alejandro Acevedo, formador y director espiritual de los seminaristas y vicario general de la diócesis, explicó que Zanchetta visitaba los cuartos y se quedaba a cenar y había consumo de bebidas alcohólicas con los seminaristas que vivían en la casa parroquial de la Catedral de Orán.
Acevedo mencionó que en septiembre de 2014, el obispo le entregó su celular al canciller del obispado para que bajara fotos a la computadora y allí encontraron imágenes de contenido para adultos en las que aparecía el obispo y algunos jóvenes.
Dijo que el canciller lo llamó para que las viera. Eso llevó a que se hiciera consulta con otros dos sacerdotes y al anterior obispo de Orán, y que éste se contactara con el arzobispo. Fue así que decidieron ir al nuncio metropolitano, donde llevaron una memoria externa con las fotos. Por esto se comunicaron con el Papa, y desde Roma lo convocaron a Zanchetta.
El sacerdote Juan José Manzano, otro de los denunciantes en el juicio canónico, también se refirió al episodio de las fotos, y dijo que “intentaban resolverlo internamente sin que trascendiera”.