Ciudad de México.- Mariana Sánchez Dávalos llegó a la clínica de Ocosingo en agosto de 2020 para realizar su servicio social por un año, pero el abuso sexual de un compañero le hizo pasar un infierno hasta su muerte el pasado 28 de enero en Chiapas.
Así lo relató Lourdes, madres de la estudiante de Medicina en la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), de quien todavía no se determina oficialmente si su asfixia mecánica fue por feminicidio o suicido.
La joven fue descrita como risueña, dulce y amable.
Además del acoso, en más de una ocasión el agresor, recientemente denunciado ante la Fiscalía estatal, ingresó por la fuerza y en estado de ebriedad al cuarto de Mariana, a un costado de la clínica en la localidad Nueva Palestina, contó la madre de la víctima a REFORMA.
«Ella quiso asegurar la puerta cuando dormía, pero el hombre se metió no una, fueron varias veces, de hecho ella estaba durmiendo, me lo platicó muy alterada, incluso se metió a la cama de ella y la tocó a la fuerza, fue cuando ella comenzó a insistir que quería seguridad, un cambio de puesto», dijo.
Ante los abusos, la estudiante decidió denunciar los hechos la Fiscalía e ir a Tuxtla Gutiérrez para solicitar a las autoridades universitarias su traslado a otro lugar, como Teopisca, pero fue ignorada.
«Fue un fin de semana a Tuxtla Gutiérrez, se presentó a la Secretaría de Salud, con Mariana Lazos, la encargada de colocar a los muchachos en servicio social, y le dijeron que no se podía hacer nada, a menos que le pasara algo, le iban a dar un cambio», añadió en entrevista.
Lourdes recordó que la última vez que habló con Mariana fue el 27 de enero, vía telefónica, y después sólo tuvo 20 minutos frente a su cuerpo para despedirse, en una salita del velatorio.
Mariana nació en la Ciudad de México, pero se mudó con su madre a Chiapas a los 7 años de edad y años después realizó su internado en la clínica 33 de Monterrey, Nuevo León.
Ella soñaba con seguir su servicio social en el norte del País, cerca de Saltillo, donde su mamá se mudó por trabajo, pero la UNACH no se lo permitió, por ello llegó a Ocosingo.
«Quería una especialidad en Patología o Pediatría, quería tener bebés, le encantaban los niños, era una persona totalmente independiente, quería ayudar»,
concluyó Lourdes.
Este mismo martes, el abogado de la familia, Carlos Hugo Tondopó Hernández, afirmó que no aceptarán la versión de suicidio, hasta que las autoridades presenten pruebas que lo constaten, pues sigue latente que haya sido feminicidio.
A raíz de el hallazgo de su cuerpo, colectivas feministas, familiares y sus amigos de la Universidad han realizado múltiples protestas y paros estudiantiles para exigir justicia.