Inglaterra.- Amor, cariño y cuidado son solo algunas de las cosas que las madres de familia sienten por sus hijos. Sin embargo, aunque sea difícil de creer, no todas tienen el mismo corazón. Para demostrarlo, el siguiente caso que ocurrió en Liverpool.
De acuerdo con información de medios locales, Lauran Coyle, de diecinueve años de edad, y Reece Hitchcott, de 20, cometieron una serie de terribles actos en contra de su propia hija.
El reporte de las autoridades señala que la pequeña Ellie May, de un año y siete meses de nacida, era atada a su cama durante el día y noche. Alrededor de esta, sus padres instalaron barrotes eléctricos que daban una descarga a la menor cada que intentaba salir.
Para que la niña durmiera toda la noche sin llorar, sus progenitores la colocaban boca abajo y la amordazaban. Desde que cumplió un año de edad, la pequeña no salía al exterior y en el mes de marzo, lamentablemente, murió en el lugar que se había convertido en su ‘hogar’: dentro de la jaula.
Las ventanas de la habitación donde estaba Ellie May fueron cubiertas con colchones y las paredes con aislante de ruido, esto, con la finalidad de que los vecinos no escucharan su llanto.
Tras una investigación, la Policía detuvo a los padres y se revelaron escalofriantes mensajes que se mandaban. En ellos, describían las torturas que hacían.
Estoy estresada. Me mordió, así que la puse en su cuarto. Está golpeando su cabeza contra la pared. Le pegué muchas veces para que se calmara”
Hasta el momento se desconoce cuál será la condena que enfrentarán los responsables.
