Guaymas, Sonora.- A sus casi cinco años de edad, Pedrito abordó decidido la patrulla 176 de la Policía Preventiva Municipal para iniciar tareas de vigilancia de la ciudad, como hasta aquel fatídico 4 de octubre lo hiciera su padre, el oficial Pedro Corral, quien fuera acribillado por un grupo armado.
Elementos de la Comandancia Sur, encabezados por el comandante de unidad Raymundo Mercado, acudieron al domicilio de su compañero caído aquel mediodía de Otoño, a fin de saludar a la familia del extinto gendarme, ver qué se ofrecía y reiterarse a las órdenes.
Pedrito Damián Corral Ayup salió corriendo de la casa, los abrazó y les pidió subirse a la patrulla, «como cuando llegaban por su papito», solicitud que sonó como una orden para los elementos en activo.
El comandante Raymundo Mercado subió al pequeño Pedrito a la patrulla P-176 — con la autorización de su mamá Zulema Ayup González — y puso en marcha la unidad para recorrer unas calles del sector, mientras que el pequeño decía: «Voy acompañando a mi papá a vigilar la colonia».
Los elementos policiacos sintieron «un nudo en la garganta», regresaron al pequeño con su mamá y éste los despidió con sus manitas, agitándolas rápidamente.
Pedro Corral fue uno de los cuatro elementos del Grupo Operativo de la Policía Municipal que cayeron abatidos por las balas asesinas de un comando armado, al igual que el oficial de Tránsito Municipal, Abraham García Coronado.
