En medio de las preocupaciones de que las autoridades de Filipinas están abusando de los infractores de las reglas establecidas por el coronavirus, una nueva persona murió después de que lo obligaran a hacer 300 sentadillas.
Según los informes presentados, la policía ordenó a un hombre que fue sorprendido violando las restricciones del coronavirus, que realizara cientos de ejercicios como castigo.
Murió un día después.
Darren Manaog Peñaredondo fue detenido en la ciudad de General Trias, en la isla de Luzón, la cual se encuentra baja un estricto bloque, mientras intentaba comprar agua luego del toque de queda.
Medios locales señalaron que Peñaredondo fue llevado junto a otros infractores, a una plaza cercana, frente al edificio municipal, donde se les indicó que hicieran 100 ejercicios similares a sentadillas. La policía habría exigido al grupo que tendrían que realizar más ejercicios como castigo si no los hacían en sincronía.
En total, a Peñaredondo se le ordenó realizar el movimiento 300 veces ya que se cayó varias veces y no coordinaba con sus compañeros. Fue una tarea físicamente agotadora la cual llevó a cabo con cierta dificultad.
Con la ayuda de otro de los infractores, se las arregló para regresar cojeando a casa. Su novia inicialmente pensó que lo habían golpeado. Ella dijo que al día siguiente se quejó de fuertes dolores en las rodillas y los muslos. Luchó para caminar y tuvo que gatear por el suelo para moverse.
Horas después, sufrió una convulsión y se derrumbó. Un vecino pudo realizarle reanimación cardiopulmonar y revivirlo brevemente. Según lo informado, Peñaredondo murió poco después.
El alcalde de la ciudad, General Trias Mayor Antonio Ferrer, ordenó a las autoridades que investiguen el caso y describió el presunto castigo como «tortura».
El jefe de la policía local, Marlo Nilo Solero, insistió ante los medios de comunicación que no hubo dicho castigo y que por el contrario, los infractores del toque de queda solo reciben sermones. Dijo que el castigo físico no estaba permitido y que no habría tolerancia para tales casos.
Esta no es la primera vez que la policía filipina ha sido acusada de trato inhumano a los infractores de las reglas de Covid. Human Rights Watch publicó un informe el mes pasado en el cual implicaba que la policía y las autoridades locales estaban poniendo a los infractores del toque de queda en jaulas para perros y obligándolos a sentarse al sol como castigo.
La semana pasada, el presidente del país, Rodrigo Duterte, advirtió que cualquiera que desatendiera las medidas de salud pública podría ser fusilado. El jefe de la Policía Nacional aclaró más tarde que Duterte estaba tratando de transmitir la gravedad de la crisis de salud y destacó que nadie sería abatido a tiros.
Filipinas ha registrado desde el inicio de la pandemia más de 803.000 casos positivos de Covid, así como 13.435 muertes relacionadas con la enfermedad.