Los hechos se registraron en el barrio de Ixtlahuaca, municipio de Chignahuapan, cuando la propia mujer habló al servicio de emergencias para pedir que ayudaran a sus hijos -una niña de casi dos años y un niño de ocho años de edad- sin embargo, cuando los paramédicos llegaron ya no pudieron hacer nada pues estaban muertos.
Los primeros reportes indican que la madre de los menores, originaria del Estado de México, confesó que ella misma les había quitado la vida al asfixiarlos con sus propias manos.
Aparentemente, la mujer se había llevado a sus cuatro hijos a una casa abandonada de ese barrio presuntamente para quitarles la vida a ellos y después suicidarse, pero se habría arrepentido después de que les quitó la vida a los dos primeros.
Según los reportes de la policía, la infanticida llamó entonces a los servicios de emergencia y antes de que llegaran trató de suicidarse, pero la soga que usó se rompió por lo que no logró su objetivo.
La policía pudo rescatar a los otros dos niños, de aproximadamente 6 y 11 años de edad, que estaban en el mismo lugar y que presenciaron estos hechos.