Saltillo, Coahuila.- Marisa “N”murió desangrada, luego de que uno de sus secuestradores le clavó un cuchillo en la yugular y junto a sus cómplices abandonó su cuerpo en un camino de terracería del ejido Puerto México. Antes, los plagiarios hicieron retiros y compras en establecimientos comerciales con las tarjetas bancarias de la víctima, por una suma de 140 mil pesos.
Esto trascendió durante la audiencia inicial contra Édgar, Brayan, Abel y Karen, sospechosos del secuestro y asesinato.
El Ministerio Público encargado del caso les imputó el delito de secuestro agravado por privar de la vida a la víctima. De acuerdo con la relatoría del caso presentada por el MP, el viernes 7 de mayo Marisa fue extraída de su domicilio en residencial Fátima.
En el informe presentado por la autoridad se señaló que el viernes 7 de mayo Karen, quien era trabajadora doméstica de Marisa, acudió al domicilio sin ser su día de trabajo; ella justificó el hecho mencionando que iba a cobrar su paga semanal. Karen actuó en complicidad con su esposo Abel, quien fraguó el robo y el secuestro.
El viernes 7 de mayo Karen abrió las puertas del domicilio y dejó entrar a su esposo Anel, quien iba acompañado de Brayan, el cual lo ayudó a atar de manos y pies a Marisa “N” cuando se encontraba en su recámara descansando.
Los dos individuos la subieron a la parte trasera de la camioneta con una cinta en la boca para que no gritara, además le quitaron su teléfono celular y sustrajeron una pantalla del domicilio.
Abel dejó a Brayan en la colonia Valle de las Flores, donde le dio como pago la pantalla y el celular de Marisa, posteriormente se dirigió al ejido Puerto México, donde improvisó una casa de seguridad.
Fue el primo de Abel, José Alfredo “N”, quien se encuentra prófugo, el encargado de cuidar a Marisa, quien estuvo cautiva dos días en un cuarto de adobe.
Abel regresó a Saltillo, donde se contactó con su esposa y comenzaron a retirar efectivo con las tarjetas de la señora, también realizaron varias compras en diversos centros comerciales. El monto de lo robado por los secuestradores fue de 140 mil pesos, además de la pantalla, el celular y la camioneta de la víctima.
El lunes 10 de mayo Abel y Karen regresaron al ejido Puerto México.
Abel se contactó con su primo José Alfredo, quien decidió sacar a la mujer de la improvisada casa de seguridad, en donde la tenían privada de la libertad, y con ayuda de Édgar y Abel la subieron a la camioneta.
Recorrieron un camino vecinal que va del ejido Puerto México al pueblo San José del Prado, y en el kilómetro 8.5, José Alfredo y Édgar bajaron a la mujer de la camioneta y la llevaron a un lugar lleno de maleza para asesinarla.
Empiezan a caer
Abel y Karen regresaron a Saltillo, donde fueron detenidos por los elementos de la Policía Estatal, quienes les aseguraron droga, por lo que los trasladaron al Centro de Operaciones Estratégicas y fue ahí donde relataron el crimen que cometieron.
Los elementos de la Agencia de Investigación Criminal detuvieron a Brayan y a Édgar luego que Abel confesara el crimen, mientras que José Alfredo permanece prófugo.
Al término de la relatoría, los agentes del Ministerio Público solicitaron la vinculación a proceso, sin embargo, los abogados de la defensa pidieron la duplicidad del término de la investigación para recabar más datos de prueba.
Será el miércoles 19 de mayo cuando se desarrolle la audiencia de vinculación a las 10:30 horas. Los imputados permanecerán en prisión, ya que se impuso la medida cautelar de prisión preventiva.
