PHOENIX, Arizona.- El Tribunal Supremo de Arizona ha confirmado la pena de muerte por el delito de asesinato impuesta a una mujer que, en 2011, encerrró a su prima de 10 años en una caja de plástico como castigo, hasta que murió por asfixia.
La pequeña Ame Deal recibió la orden de meterse en la caja porque había robado un helado. Entonces Sammantha Allen y su marido, John Allen, se quedaron dormidos y la mañana siguiente encontraron que la menor había muerto.
El tribunal determinó que Sammantha Allen además de no brindar ayuda a su familiar moribundo, participó en el castigo y en no liberarla del contenedor, lo que privó de la vida a Ame.
En cuanto a John Allen, las condenas en su contra y la pena de muerte fueron confirmadas por el Tribunal Supremo hace dos años.
De acuerdo con las autoridades, la muerte de esta pequeña de 10 años, fue la cruel culminación de una historia de abusos en su contra por parte de un puñado de familiares con los que compartía hogar en Phoenix.
Los investigadores citados por medios estadounidenses, indican que Ame fue obligada a comer heces de perro y salsa picante, era obligada a aplastar latas de aluminio descalza. Además recibió patadas en la cara, golpes con una paleta de madera y sumergida a la fuerza en una piscina fría.
Las autoridades precisaron que Ame también era maltratada por otros niños de la vivienda, y que sus familiares la señalaban como una mentirosa y ladrona.
Sammantha y John Allen fueron los únicos condenados a la pena de muerte, sin embargo, otros tres familiares, incluida una tía que ejercía de tutora legal de Ame, fueron sentenciados a varios años de prisión por abusar de la niña.
Años antes, la madre de Ame había abandonado a la familia tras sufrir varios abusos por parte de sus parientes y se fue a Kansas dejando atrás a su hija. En tanto David Deal, quien figura como el padre de Ame en el acta de nacimiento, está cumpliendo una condena de 14 años tras ser encontrado culpable de intento de abuso de menores.