España.- ‘He matado a Warda y al niño, están en la casa’. El hermano de la mujer asesinada el lunes en su domicilio de sa Pobla recibió este mensaje de whatsapp de su cuñado escrito en árabe.
El receptor estaba en Valencia, por lo que inmediato avisó a varios familiares en Mallorca, que acudieron al domicilio familiar, en la calle Santa Catalina Thomàs.
Como nadie abría la puerta, uno de ellos se coló por la ventana y descubrió los cadáveres de la joven, de 28 años, y su hijo, de siete.
Habían sido asfixiados y en la habitación había señales de lucha. La mujer, Warda Ouchane, estaba embarazada de cuatro meses.
Eran cerca de las cinco de la tarde. Dos horas más tarde, cuando la Guardia Civil proseguía con la inspección ocular en el domicilio y buscaba a la pareja de la mujer asesinada como principal sospechoso del crimen, la central de la Policía Nacional recibió una llamada del hombre.
Alí Khouch, marroquí de 26 años, quería entregarse. La jefa de la sala del 091 habló directamente con él para tratar de averiguar su paradero.
El hombre aparentaba estar desorientado y confundido. Dijo que estaba en Palma, pero no sabía precisar en qué parte. Finalmente, por la descripción que hizo del lugar, se determinó que estaba en la avenida de México, en el Polígono de Levante.
La inspectora mantuvo la conversación con él durante quince minutos, para asegurarse de que se entregara. Varias dotaciones policiales acudieron rápidamente al lugar y le arrestaron. El hombre fue trasladado directamente a los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil.
Mientras tanto, las investigaciones de la Policía Judicial de la Guardia Civil proseguían. Los agentes del laboratorio de Criminalística y la comisión judicial realizaron una detenida inspección en la escena del crimen.
Todos los indicios apuntaban a que el doble homicidio se cometió sobre la una y media de la madrugada de ese mismo día.
Los cuerpos fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal para que se le practicara la autopsia. La causa de la muerte apuntaba inicialmente a una asfixia mecánica. Habían sido estrangulados.
La delegada del Gobierno, Aina Calvo, explicó ayer que la mujer había presentado dos denuncias contra el asesino. La primera, en 2012, cuando tenía 19 años, conllevó que se activaran los protocolos de protección para víctimas de violencia de género.
La medida se anuló cuando tanto la joven como su pareja se marcharon a Marruecos. Volvieron a Mallorca y en 2018 denunció de nuevo al hombre por malos tratos.
En este caso no se tomaron medidas porque, según dijo, su relación se había «normalizado» y no creía que hubiera riesgo.
Con información de Diario de Mallorca.