Ciudad de México.- Beatriz Adriana Fonseca es la madre de Britani Nohemí Lazarín Fonseca, una pequeña de tres años a quien le detectaron atresia de vías biliares desde los tres meses. Actualmente, padece cirrosis hepática y necesita un trasplante de hígado.
Durante una entrevista para Zócalo, Beatriz Adriana relató que su hija nació sin vesícula, debido a que no se le desarrolló, por lo que los jugos gástricos le deshacen el hígado. Estuvo internada cuatro meses en el Hospital del Niño de Saltillo, Coahuila, pero no le hicieron nada:
Decían que era un virus, cuando le hicieron la biopsia, se dieron cuenta que el hígado ya estaba verde. ‘La niña tiene cirrosis hepática, pues ya que sea lo que Dios quiera’, dijeron los médicos. Pero nosotros no estábamos dispuestos a dejarla morir”
Britani Nohemí fue transferida al Hospital Materno Infantil en Monterrey, donde le llamaron la atención por no haberla trasladado antes, pues su hígado se habría salvado. Los médicos se limitaron a decirle:
Le hicimos la operación Kasai para que usted luchara por ella, para alargarle la vida, pero está desahuciada”
La pequeña Britani Nohemí estuvo otros siete meses internada, durante ese tiempo le dieron esteroides para fortalecer su hígado. Aunque el tratamiento funcionó por momentos, la bilis continuaba subiendo y bajando.
Recientemente, la pequeña fue puesta en lista de espera para trasplante cadavérico; sin embargo, Beatriz asegura que la operación se ha retrasado sin dar explicaciones:
A pesar de que mi esposo hizo todo el protocolo, en el IMSS no lo quisieron, se limitaron a decir que no puede ser donante, de un día para otro. Es la tercera vez que haremos el protocolo, el proceso ha tardado dos años, me pregunto por qué no la operan. Optamos por revisar en el Hospital Universitario en Monterrey, la operación cuesta un millón 700 mil pesos”
En Saltillo, los hospitales no cuentan con el equipo necesario para los análisis de la menor, por lo que la alternativa es pagar.
Según cuenta la madre, Britani Nohemí sufre de fiebre, hinchazón en su abdomen y tiene problemas para respirar; sin embargo, acudir a emergencias siempre representa una batalla constante, pues pocas veces recibe atención médica, la cual no ha estado exenta de negligencias.
El miércoles pasado, la pequeña estuvo internada todo el día; sus medicamentos solo permiten que se mantenga estable, pues de no tomarlos se pone amarilla y se inflama. Su padre, Noé Lazarín, gana mil 200 pesos semanales como albañil, pero no le alcanza para costear las medicinas y mantener el hogar.
Beatriz Adriana asegura que ya no sabe a quién acudir. Aunque ha recibido despensas del DIF y le han permitido pedir dinero en ferias y rodeos, asegura que la familia no quiere ayuda económica, quieren que alguien les diga dónde pueden operar a su pequeña:
Sé que muchas personas desconfían y están en su derecho, hay quien lucra con sus hijos, yo nunca utilizaría el dolor de mi niña para beneficiarme, solo quiero que esté bien. Si no me creen, aquí tienen su casa (Calle Correo Mayor, número 100, colonia Postal Cerritos, casa color rosa) cuando quieran pueden venir a verla. No tenemos lujos, no vivimos muy bien, en una sola cama duerme toda mi familia. No quiero perder a mi hija, ella está entre la vida y la muerte. Pido que se pongan la mano en el corazón y que sientan el dolor de padre”
Mediante ayuda externa, en 2017 los padres de Britani Nohemí lograron abrir una cuenta bancaria para recaudar fondos y hacer posible el trasplante de hígado; para contactar a Beatriz Adriana los teléfonos son: 844 381 2433 y 844 179 7868.
