Brasil.- Hay una gran cantidad de perros callejeros en este mundo, los vemos diariamente mientras caminamos a casa o vamos al trabajo. Adorables cuando cachorros y por ende adoptables. Sin embargo, gran parte de estos animalitos son abandonados por sus dueños cuando crecen, dejándolos a la suerte del destino en la que no todos terminan con un buen final.
Afortunadamente, no fue así para Negão, un perro abandonado que deambulaba por las cercanías del lugar donde se instalaría una futura estación de gas en Mogi das Cruzes, Brasil. Este terreno fue comprado hace dos años por Sabrina Plannerer y su socia, y si bien al principio le hicieron el clásico “shú” a este negro canino, posteriormente se apiadaron de la tierna criatura y la adoptaron.
“Lo adoptamos inmediatamente y le dimos todos los cuidados correspondientes”. Comenta Plannerer. “Lo llevamos al veterinario a vacunarlo y desparasitarlo. Le compramos comida, una casa de perro y una correa para pasearlo”.
Pero después de un tiempo esta adopción no constaba de una clásica familia dentro de un hogar con paredes, sino que cuando abrieron la estación de gas Shell decidieron contratar a Negão y entregarle el uniforme correspondiente.
Y una credencial que lo certificara (en caso de que alguien pudiera dudar de su labor).
La dueña no sabía cómo el perro iría a reaccionar frente al mundo laboral dentro de un lugar que había sido su hogar, pero el simpático can ha demostrado hacer su trabajo de manera muy eficiente y con mucha motivación.
“Negão espera a la gente llegar para ir a saludarlos, ganándose a los clientes con sus cautivantes encantos”, comenta Plannerer. “Los clientes lo adoran. Algunas personas incluso le traen juguetes”.
Aunque el perro disfruta mucho su empleo, tiene derecho como todos y no está limitado a sólo trabajar. Todos los días Sabrina o algún otro empleado salen a pasear con el animalito para ejercitarse y ser un fuerte perro. Y como la estación de gas está abierta las 24 horas del día, siempre hay alguien para cuidar de Negão.
El alegre trabajador se ha transformado en un ícono del Grupo FERA, que fomenta la vinculación de perros con el mundo del negocios en caso de que no puedan encontrar un hogar tradicional.
“Ha sido sensacional alentar a la gente para que tenga más respeto por los animales”, afirma un representante del Grupo FERA. “Y los trabajadores disfrutan la compañía de un colega de cuatro patas”.
Sabrina se refiere a la esperanza de que otras empresas se sumen a esta causa y contraten tan particulares empleados. Después de todo, ¿A quién no le gustaría tener una bienvenida tan enérgica y alegre cuando vas a cargar tu auto con gasolina?
La demanda es clara: ¡Queremos más “Guaus” en las empresas, ya!
