Ciudad de México.- La Secretaría de Educación Pública modificó los criterios para acreditar grados de educación preescolar, primaria y secundaria.
En un acuerdo publicado el 29 de marzo, el titular de la SEP, Esteban Moctezuma, estableció que los grados de preescolar y primero y segundo de primaria, se acreditarán «con el solo hecho de haber cursado el grado correspondiente».
En el acuerdo anterior, emitido por la SEP en junio de 2018, para acreditar preescolar y primero de primaria se requería al menos 80 por ciento de asistencia, mientras que para segundo, se exigían calificaciones aprobatorias (6 o más) en lengua materna y matemáticas, así como nivel de desempeño mínimo de 2, sobre un máximo de cuatro, en las áreas de desarrollo personal, social y en dos clubes de autonomía curricular.
Debido a los ajustes, en este nuevo esquema desaparecen las referencias a la posibilidad de repetir cursos en los cinco primeros grados de primaria.
El acuerdo de 2018 preveía la repetición de grado de alumnos desde el segundo de primaria, por una sola vez, si no lograba los niveles requeridos para lenguaje y matemáticas, y se contemplaba la reprobación en los siguientes grados hasta el sexto.
En tanto, en secundaria ahora será más difícil reprobar.
Antes, se reprobaba al estudiante que no pasaba en cuatro materias; sin embargo, el nuevo documento cambia el tope y lo eleva a cinco.
«El alumno volverá a cursar el grado cuando al concluir el ciclo escolar tenga cinco o más asignaturas del componente curricular Campos de Formación Académica y las áreas de Artes y Educación Física del componente curricular Áreas de Desarrollo Personal y Social no acreditadas», cita el acuerdo.
La SEP eliminó de la boleta de evaluación los componentes de Educación Socioemocional y Clubes de Autonomía Curricular, que ahora sólo se comunicarán a los padres en forma oral o escrita y sin utilizar valores numéricos para calificarlos.
«Se consideró pertinente realizar una revisión al Acuerdo de 2018, al detectar que el procedimiento previsto en el mismo implicó registros complejos que generaban una carga administrativa a los docentes», detalla el texto.
«La evaluación tiene una finalidad esencialmente formativa, al constituirse en la fuente de información para el mejoramiento de la práctica educativa y, en su caso, del esfuerzo de los estudiantes, siendo prioridad de la tarea docente hacer que éstos participen con interés en diversas experiencias educativas, y que las mismas no se vean desplazadas por requerimientos administrativos», agrega.