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Terrible calvario la hizo sufrir su hijo: “vieja inútil, ¿Cuándo te vas a morir?”

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Argentina.- Una madre de edad mayor narró el terrible calvario que su hijo adulto le hizo sufrir, porque en varias ocasiones le preguntaba, de manera insensible y cruel: “vieja inútil, ¿cuándo te vas a morir?”.

Entre las maldades que su hijo le practicaba, según el relato de Sofía, estaban que el hombre le quitaba su dinero y hacía uso de su casa sin su permiso, pero eso sería el principio de muchos meses de tormento que parecía no tener final.

Si largo testimonio fue publicado por el diario La Nación, donde la mujer anciana reveló que tras el divorcio de su hijo con su esposa, este regresó a vivir con su madre, pero su hijo no trabajaba propiamente, así que hacía uso de la pensión que ganaba.

Para ese momento Sofía ya tenía 72 años de edad, con una viudez, una jubilación encima y varios problemas que allegaron con la edad, además de el miedo que sentía de que su propio hijo le quitara la vida, en un arranque de furia.

Hace cuatro años, mi hijo se separó de la esposa y se vino a vivir conmigo. Se había quedado sin trabajo y estaba muy deprimido. Lo recibí con los brazos abiertos, confesó Sofía.

Además, abundó en la personalidad inestable de su hijo: “siempre tuvo mal carácter, tenía ataques de ira por cualquier motivo. Luego de un tiempo de convivencia, su estado de ánimo empeoró, hasta le molestaba que me acercara a hablarle. Un día, pasó al insulto. Además, empezó a tomar alcohol y dejó de buscar empleo. Salía y cuando volvía llegaba borracho y me gritaba”.

Lo que parecía un maltrato que solo se restringía a las palabras, el hijo de Sofía, con el timpoe, la dejaba encerrada en un cuarto de la casa, desatendida en todo aspecto, mientras él se iba a tomar con sus amigos.

Mi hija no sabía nada, no quería preocuparla. Además, yo no quería irme porque mi hijo no tenía trabajo. ¿De qué iba a vivir?”, explicó.
Sofía soportó vivir bajo el yugo de su hijo para mantener la relación. “Un día, mi hijo llegó con mis nietos y me trató mal delante de ellos.

Además, les ordenó que no me hablaran. Yo sufría mucho, pero supongo que lo hacían porque le tenían miedo al padre. Tiempo más tarde, me enteré que mi hijo también era violento con su esposa y que ese fue el motivo de su separación.

El departamento donde vivían era de Sofía, pero su hijo le exigía que se fuera y la amenazaba con internarla en un asilo para ancianos. “Yo compraba la comida, le tenía que cocinar, lavar la ropa y si algo no le gustaba, empezaban de nuevo los gritos, los insultos y el maltrato”, relató la mujer, con profundo dolor.

Hasta que un día les cortaron la luz por falta de pago. “Él se enojó tanto conmigo que me empujó. Fue la primera vez que me pegó. A partir de ese día, empezó a decirme que me iba a matar y fue cuando comencé a temerle”.

Me respondió que le di una mala infancia porque su padre era muy violento conmigo y con él. Tal vez tiene razón, pero en ese momento yo estaba convencida que debía respetar lo que decidía mi marido. Las mujeres no podíamos tomar decisiones.

Fue cuando junté fuerzas y llamé a una compañera del centro de jubilados para que me acompañe a pedir ayuda. Me dolió mucho, pero hice la denuncia y me fui a vivir a la casa de mi hija por un tiempo. Luego, excluyeron a mi hijo de casa y pude volver. Todos me ayudaron a darme cuenta de que tengo derecho a vivir tranquila y sin violencia. Mi hija y mis nietos son mi sostén, pero tengo un gran dolor adentro mío y no pierdo la esperanza de que mi hijo cambie”, concluyó Sofía.