Guadalupe, Zacatecas.- Para Christopher Muñoz Delgado, de solo nueve años de edad, tuvo el mejor día de su vida, cuando recibió una distinción muy especial, que lo llenó de profunda emoción y lo hizo olvidar – en ese momento – la lucha que libra contra el cáncer: El Ejército Mexicano lo nombró “Soldado Honorario”.
Ese día, acompañado de sus padres, salieron muy temprano del municipio de Pinos, en el Estado de Zacatecas; pensaba que era un viaje más para revisión médica de un tumor en su fémur izquierdo, que lo llevó a la amputación de la mayor parte de su extremidad inferior.
Su sueño siempre había sido ser miembro del Ejército Mexicano, siempre sintió admiración por las fuerzas armadas, y más cuando vio a los militares en las tareas de rescate en los sismos del 19 de septiembre.
De pronto su padre tomó una ruta distinta y llegó hasta las instalaciones de la 11 Zona Militar, donde fue recibido por personal del 52 Batallón de Infantería.
Rápidamente lo llevaron hasta la sala de uniformes, en donde Christopher recibió la vestimenta militar completa y comenzaron a colocársela.
Bertina Ponce, presidenta de la Asociación Hay Vida en Mis Sueños, le pidió que disfrutara el momento, donde se convertiría en un gran soldado de la vida.
Posteriormente fue llevado al patio central de las instalaciones militares y dio inicio la ceremonia protocolaria, encabezada por el coronel Marco Antonio Gómez, donde el pequeño recibió una placa de identidad militar y un reconocimiento que lo distingue como miembro de las fuerzas armadas, para luego pasar al desfile militar y la práctica de adiestramientos y servicios que la Secretaría de la Defensa Nacional brinda a la población.
