Torreón, Coahuila.- Por mil 400 pesos y algunas joyas, las hermanas Pérez Gutiérrez fueron asesinadas; los sospechosos de este crimen fueron capturados a 24 horas de la masacre.
La noche del viernes elementos de la Agencia de Investigación Criminal lograron la detención de dos hombres señalados como los perpetradores del triple feminicidio de las trabajadoras de la salud en Torreón, uno de ellos compañero de trabajo de Araceli.
Las víctimas de esta masacre que sacudió a la población de la Perla de La Laguna fueron identificadas como Cecilia, Dora y Araceli Pérez Gutiérrez, de 48, 56 y 59 años.
Los detenidos fueron identificados como Luis “N”, enfermero de la Clínica 16 del IMSS y compañero de trabajo de Araceli, así como Luis “N”, de oficio machetero, que trabaja en el mercado de abastos de Torreón y amigo del enfermero.
Cecilia y Dora se desempeñaban como enfermeras.
Los cuerpos de tres mujeres bocabajo, atadas de pies y manos, con huellas de estrangulamiento, fue la terrorífica escena que presenciaron vecinos de las hermanas Pérez Gutiérrez, dentro de su domicilio de la calle Quinta en la colonia Compresora, de Torreón.
Todas ellas trabajadoras del Instituto Mexicano del Seguro Social en La Laguna, perecieron de forma por demás violenta, en medio de la pandemia por coronavirus que ha cobrado la vida de médicos y enfermeras.
La primera impresión de amigos y compañeros de trabajo al conocer la noticia fue pensar que habían fallecido víctimas del virus, pues hasta antes de su fatal desenlace permanecían, cada una desde su trinchera, en la “primera línea de fuego” en la lucha contra la pandemia.
Sus cuerpos fueron encontrados en diferentes áreas de la vivienda con rastros visibles de violencia en un aparente robo como móvil del crimen debido a que se encontró un gran desorden y la falta de diversos objetos y artículos de las víctimas.
Este multihomicidio arrebató en un solo día, el mismo número de vidas que el coronavirus ha cobrado en el municipio de la Comarca Lagunera desde el inicio del brote a principios de marzo.
“Hoy recibo una llamada muy temprano para avisarme de una muy mala y triste noticia, de la cual todavía sigo incrédula, en cómo existe gente sin escrúpulos, gente sin corazón, está noticia conmociona a todo el sector salud por la gran tristeza de haber perdido a tres de nuestras colegas en manos de unos delincuentes, cuando enfrentaban el peligro de la pandemia cara cara”, expresó una de sus compañeras de trabajo.
Aunque se abrió una carpeta de investigación por el delito de feminicidio, una parte de la comunidad médica también expresó mediante publicaciones su disgusto ante las agresiones que han enfrentado algunos médicos, sin descartar que pueda ser algún tipo de venganza o agresión como las que se han documentado trabajadores de la salud en todo el territorio mexicano.
“Se me hace muy temprano para pensar que esa no pudiese ser una de las causas, pero vamos a esperar las investigaciones”, expresó la comunidad del sector salud tras el comunicado de la Fiscalía General del Estado, en el que se descartó que el crimen estuviese vinculado al desempeño laboral de las trabajadoras del IMSS, frente a la contingencia sanitaria del coronavirus.
“Exigimos a las autoridades el esclarecimiento de tan lamentable hecho, y su impartición de la justicia. Es lamentable que en estos tiempos sucedan actos de esta índole”, reiteraron.
La muerte de las hermanas Pérez Gutiérrez conmocionó a la comunidad de ambas clínicas a las que pertenecían, manifestando sus condolencias aún incrédulos por la repentina muerte, haciendo visible dicha pena a través de redes sociales, colocando imágenes de moños negros en sus perfiles para honrar en su memoria, la dedicación al cuidado y bienestar de los pacientes en el IMSS.
Pero también exigieron a las autoridades justicia; “Es indignante lo que un ser humano puede llegar a hacer, en esta ocasión lamentablemente le tocó a una gran persona, gran mentora y sobre todo una gran guía, solo Dios sabe por qué”, expresaron en redes sociales enfermeras y personal médico.
“No era una Jefa, sino una líder, un ser humano y maestra maravillosa, hoy el sector salud perdió a una joya en el IMSS”, escribió un empleado que conformaba el grupo médico a cargo de Dora Pérez.
Manifestaciones de afecto y resistencia a creer en su muerte inundaron los perfiles de la comunidad médica y de enfermería, esta vez guardando sus batas y cofias blancas para colocar moños negros como signo de su pena.