Caborca, Sonora.- Al grito de “Justicia, Justicia”, numerosos familiares y amigos acudieron este martes a Palacio Municipal de esta ciudad, con los féretros con los restos mortales de Armando Carrillo, de 23 años, y su hijo Tadeo Bernabé Carrillo García, de cuatro años, antes de llevarlos a sepultar al panteón de la localidad.
Eran las 0:25 horas del domingo cuando un grupo armado abrió fuego contra los ocupantes de un automóvil sedán, de color azul, en la zona urbana de esta ciudad.
El conductor, gravemente herido, imprimió mayor velocidad y alcanzó a llegar al Hospital General, donde fallecería más tarde.
Pero a bordo de la unidad ya estaban sin vida Armando y su pequeño hijo Tadeo Bernabé, quienes presentaron múltiples impactos de bala.
La indignación social es creciente en esta ciudad y la exigencia de justicia y paz social es un reclamo constante a las autoridades, de los tres niveles de gobierno.