Morelos.- Andrea “N” se alistaba para irse al trabajo, su hijo Ángel “N” de dos años, encontró un bolillo y se lo comió. En seguida el pequeño estalló en llanto así que ella fue a ver qué pasaba.
La joven vio el pan pero pensó que su hijo se estaba ahogando, así que salió de la habitación para pedir ayuda, llevándose el pedazo de bolillo en la bolsa.
Una tía y su prima trataron de ayudar al pequeño, sin embargo, el infante no se calmaba.
La mujer les contó que quizá se estaba ahogando con el pan y fue entonces que su prima le confesó que ella había puesto ese trozo de pan con veneno ahí para ahuyentar a los animales.
Enseguida lo llevaron al Hospital General de Jojutla y días después fue trasladado al Hospital del Niño, en el municipio de Emiliano Zapata, en donde este fin de semana murió.
El domingo a primera hora de la mañana un médico salió a darle las malas noticias a sus familiares y más tarde, personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) se hicieron cargo del caso.