Patricio Medina, de 27 años, le dijo a un compañero de celda que había agredido sexualmente a su hija de 38 días de nacida mientras se encontraba bajo los efectos de metanfetaminas. Eso permitió que un juez lo condenara esta semana a 244 años de prisión.
El padre fue acusado por agresión sexual agravada a un menor de 6 años, y por poner en peligro la vida de un niño. En total, tiene tres condenas de 80 años cada una. Y una de esas tres, la vinculada a la agresión sexual, debe cumplirla completamente.
Los fiscales Gabrielle Massey y Jennifer Jenkins habían pedido a los miembros del jurado una sentencia de cárcel de por vida. «Mi pregunta es ¿qué ha hecho él para merecer algo menos que la vida en prisión?», preguntó Massey a los miembros del jurado el jueves.
«¿Qué puede ser más horrible en un crimen que un hombre que se supone que ama y protege la vida que trajo a este mundo, en su lugar, la destruye por una satisfacción sexual enfermiza?», agregó.
Los cargos son consecuencia de la agresión de Medina contra su pequeña hija en marzo de 2014. La niña tenía más de 40 huesos rotos y moretones en la cara que fueron descubiertos por el médico durante la consulta a sus cinco semanas de nacida.
Las fracturas, cuenta el medio local Waco Tribune-Herald, estaban en diferentes etapas de curación, lo que sugiere, dicen los fiscales, que el abuso fue repetido.
Un informante de la prisión testificó en contra de Medina. Aseguró que él había admitido la agresión sexual al bebé.