Turquía.- La vida del turco Yilmaz Kiziloglu ya no fue la misma tras un erróneo diagnóstico. En el 2015 fue diagnosticado de cáncer de ganglios linfáticos, fue sometido durante tres años a un tratamiento para rebatir la enfermedad, sin embargo al final se dieron cuenta de que lo que le administraban, no lo ocupaba.
Todo comenzó cuando Kiziloglu comenzó a tener síntomas de fatiga y fiebre, un cuadro típico de un resfrío, por lo que acudió al hospital universitario de Erzurum en febrero de 2015. Debido a los constantes síntomas lo hospitalizaron y sintió una mejora, pero tras ser dada de alta los problemas volvieron. Regresó al hospital con los mismos síntomas.
Asimismo, ahora los problemas eran nuevos, pues además de la constante fatiga y fiebre, presentaba hinchazones en las axilas y el cuello. Los médicos lo sometieron a pruebas y lo diagnosticaron con cáncer de ganglios linfáticos.
A dos días después del “devastados diagnóstico”, Yilmaz ya recibía su primer ciclo de quimioterapia, sumándose otros dos más en los tres años posteriores.
Cuando el tratamiento terminó, el hermano de Yilmaz llevó las muestras de sus tejidos a otro hospital. Ahí, les informaron que el diagnóstico que les fue hecho en el otro nosocomio fue erróneo desde un principio, por lo cual establecieron que las dolorosas quimioterapias que recibió fueron en vano.
Ante tal situación, Kiziloglu inició una denuncia contra el hospital de Erzurum, pues al haber recibido un tratamiento que no necesitaba, su cuerpo sufrió severos daños.