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Niñera llevó a un bebé muerto a McDonald’s vestido con un abrigo

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Estados Unidos.- La mujer a la que había confiado a su bebé para que lo cuidara aquel día le envió un enigmático mensaje de celular por la tarde. Horas después, la niñera vistió al bebé, que aún no había cumplido tres meses, con ropa de invierno, y se lo entregó a su madre aparentemente dormido y con la cabeza cubierta por un sombrero. La madre se despidió de la niñera y se digirió a una lavandería con su hijo junto a ella en el carro. Cuando llegó y quiso despertarlo descubrió al fin su peor pesadilla: su bebé estaba muerto.

Todo comenzó poco antes de las cuatro de la tarde del 18 de octubre en la ciudad de Wausau (Wisconsin), cuando lam adre (cuya identidad no ha sido revelada) llevó a su pequeño recién nacido a casa de una mujer, Marissa Tietsort, de 28 años, que debía cuidarlo esa tarde.

Dos horas después, Tietsort le envió un extraño mensaje a la madre, pidiéndole que no le dijera a nadie que estaba cuidando al bebé porque supuestamente lo tenía prohibido: según un diario local, estaba acusada ante la justicia de abuso infantil.

La madre acudió a la vivienda de la niñera pasadas ya las nueve de la noche, a recoger a su bebé y a otro hijo que también había dejado a su cuidado. La madre descubriría después, al llegar a la lavandería, que no respiraba y estaba rígido y frío. Poco antes de las diez de la noche, la hermana de la madre le envió un mensaje de celular a la niñera: «Has matado al bebé de mi hermana».

Tietsort, quien tiene cinco hijos y está embarazada, admitió a la policía que el bebé murió cuando estaba con ella, antes de las seis y media de la tarde (que es la hora en la que su novio llegó a la casa). No hizo ningún esfuerzo por resucitarlo, ni llamó al teléfono 911 de emergencias, según la denuncia a la que ha tenido acceso el diario The Washington Post. Ni siquiera le dijo a su novio lo que había ocurrido. Sólo le puso un abrigo de invierno y lo sentó en su sillita para el carro.

Por la noche, colocó la sillita con el bebé, ya muerto, en su propio carro y fue a un restaurante McDonald’s a cenar con su novio. Cuando la madre vino a recoger a su pequeño, Tietsort admite que lo colocó en el carro de la mujer y la dejó marcharse sin decirle nada. Luego, mientras la madre se dirigía a la lavandería (donde descubriría lo ocurrido), ella se fue con su novio y uno de sus hijos a nadar a la piscina de un hotel.

La autopsia determinó que el bebé había muerto de heridas en la cabeza causadas por tres impactos. Tietsort ha sido acusada de homicidio en primer grado. Ya en prisión, escribió una carta al juez afirmando: «No soy un peligro para la sociedad o un monstruo», «soy una gran madre y quiero a todo el mundo».

Pero éste no es el primer crimen de la que se le responsabiliza. El 2 de agosto, Tietsort le envió un mensaje de celular a la madre de una pequeña de 11 meses a la que estaba cuidando para decirle que se había caído de un sofá y se había herido; los doctores sospecharon de que el origen de las heridas era otro, y Tietsort fue procesada criminalmente.

Antes, en 2017, otro bebé de tres meses había sufrido una fractura de cráneo cuando estaba bajo su cuidado, según la emisora WSAW. Y en 2010, su entonces pareja pidió una orden de alejamiento al considerar que estaba abusando de sus dos hijos; trabajadores sociales le retiraron la custodia de cuatro niños, pero no descubrieron al quinto, que se quedó con ella.