Alfie Lamb, un niño de tres años murió luego de ser aplastado cuando el novio de su madre reclinó el asiento del auto hacia atrás, comprimiendo al menor hasta asfixiarlo.
El menor viajaba en un Audi convertible junto a su madre Adrian Hoare y su pareja, Stephen Waterson, de 25 años así como otros dos familiares. Se dirigian a hacer las compras, al sur de Londres.
El niño gritó “mamá, mamá” mientras se asfixiaba luego de que Waterson reclinó su asiento dos veces enojado porque presuntamente el menor estaba muy inquieto, de acuerdo con el jurado de un tribunal de Londres.
Sin embargo la madre del Alfie, solo le dijo que se callara en lugar de ayudarlo.
En una entrevista que la policía le hizo a Emilie Williams, de 19 años, quien viajaba con la pareja, se mencionó que el niño no iba en su sillita sino sentado justo atrás del asiento de Waterson.
La madre de Alfie lo sentó en sus piernas y el niño no dejaba de llorar y de moverse.
El novio de la mujer quizo estirar las piernas, reclinó el asiento y Alfie comenzó a darle golpecitos.
El hombre molestó siguió reclinando el asiento hasta aplastar al niño, quien murió de un paro cardiaco por asfixia.
Cuando se quedó callado, la madre pensó que el niño se había dormido, dijo la testigo a la corte.
Un investigador, Duncan Atkinson, dijo que el niño “fue aplastado por el asiento del automóvil y asfixiado” y además la pareja mintió para encubrir el crimen.