El Salvador.- Melvia Fernanda Nájera Quesada suplicó por ayuda antes de morir desfigurada presuntamente a manos de su excompañero de vida en la finca San José del municipio de Ataco en Ahuachapán, El Salvador.
El día en que ocurrió el crimen, la joven de 23 años de edad, habría sido llevada al lugar para asesinarla; ella pidió auxilio a gritos en la orilla de la calle, pero ninguno de los conductores que transitaban se bajó para ayudarla.
Personas que caminaban por la zona observaron un vehículo estacionado y cerca del automotor estaba una mujer, de acuerdo a fuentes cercanas de la familia.
Al respecto, la Policía Nacional Civil (PNC) no ha dicho nada a la familia y la Unidad Especial de la Mujer de Santa Ana de la Fiscalía General de la República (FGR) está investigando el caso.
Nuevo sospechoso
En un primer lugar, se señaló como sospechoso al excompañero de vida y padre del niño, de año medio que quedó abandonado en la finca tras el asesinato. Sin embargo, el nuevo señalado es otro joven con el que estaba saliendo la mujer antes de ser asesinada.
La hipótesis que más convence a los familiares y conocidos de ella es la que señala a Michael Alejandro Castillo Murga, de 20 años de edad, expareja de la joven.
La principal sospecha es que él la fue a recoger a su casa el 1 de febrero en Apaneca y luego salieron con el niño que ambos habían procreado.
Posteriormente, el cadáver de Nájera fue localizado en unos cafetales, vestía licra y blusa color negra. Presentaba varias heridas provocadas con cuchillo que habían logrado desfigurarle el rostro. Casi cuatro días después, fue encontrado abandonado el niño en un barranco de la finca San José en Ataco, Ahuachapán.
Fuentes cercanas a la familia sostuvieron que después de la muerte de Nájera, Castillo desapareció y ya no se supo más nada de su paradero. Se sabe que él viajaba con regularidad hacia Estados Unidos y Guatemala, países donde tiene familiares.
«Lo que se pide únicamente es que se resuelva el caso y que paguen las personas involucradas en el crimen», solicitó la fuente cercana a la familia.
Con respecto a la situación actual del niño, quien quedó al cuido de la familia de la joven, la fuente familiar sostuvo que se encuentra bien de salud. Sin embargo, cuando está solo se siente muy triste y cuando está en compañía de otros menores suele estar contento.
«Las instituciones gubernamentales no dejaron ningún tratamiento psicológico para el niño, solamente controles para sus chequeos médicos en el hospital nacional de Ahuachapán», aseguró.
Algunas instituciones no gubernamentales se han ofrecido ayudar, pero todavía se está coordinando esa situación.
Asimismo, personas altruistas de buen corazón en el país y conmocionados por el caso han solicitado ayuda económica para la manutención del menor.