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Se quita la vida tras someterse a una circuncisión

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Ciudad de México.- Lo que para algunos parece un problema menor para otros puede ser lo más significante, un claro ejemplo es la historia de Alex Hardy, un joven que decidió quitarse la vida tras una circuncisión.

De acuerdo con el caso contado en la BBC, Lesley Roberts, madre del chico, quedó atónita al leer un correo póstumo de su hijo en el que contaba la pesadilla que vivió durante años por un problema genital que tenía.

«Sepan que me fui pacíficamente y ahora estoy en un estado de paz que era imposible después de esta mutilación. Morí en 2015, no ahora».

Menos de una hora antes de que llegara el correo electrónico, Lesley abrió la puerta de su casa y vio a un policía, quien le informó que su hijo estaba muerto.

El correo había sido programado para llegar el 25 de noviembre de 2017, 12 horas después de que él se suicidara.

Alex era un joven inteligente y popular de 23 años, sin antecedentes de enfermedad mental. Por esta razón, su madre no podía entender por qué habría querido quitarse la vida.

En el e-mail explicó cómo el prepucio de su pene había sido retirado quirúrgicamente 2 años atrás.

«Tuve problemas con un prepucio apretado», escribió en su último correo electrónico.

«Desde mi adolescencia me creó problemas, ya que significaba que mi prepucio no se retraía sobre el glande como estaba previsto, lo que causó algunos momentos incómodos».

En 2015, todavía sufriendo en silencio, Alex consultó a un médico en Canadá. Ahí el doctor le dio una crema esteroide para estirar su prepucio, pero regresó al médico después de unas pocas semanas porque no creía que el tratamiento estuviera funcionando.

Aunque es normal en los primeros años de vida, con el paso del tiempo comienza a separarse de la cabeza del pene.

Cuando la fimosis causa problemas puede incluirdificultad para orinar y dolor durante las relaciones sexuales, según contó un experto.

El médico le sugirió la circuncisión como único remedio. A la edad de 21 años accedió a someterse a la cirugía.

«Pronto se hizo evidente que lo que acababa de suceder era una catástrofe».

El joven describió haber experimentado una sensibilidad constante en la cabeza de su pene, que ya no estaba protegida por el prepucio.

«Estas constantes sensaciones estimuladas por la fricción de la ropa son una tortura en sí mismas; no han disminuido/normalizado después de años de exposición», escribió.

«¿Imaginas lo que pasaría con un globo ocular si el párpado fuera amputado?», dijo.

La sensibilidad es común, en la mayoría de los casos el hombre se adapta y esta disminuye.

«Donde una vez tuve un órgano sexual, ahora me dejaron con un palo entumido y abatido. Mi sexualidad quedó en ruinas».

«Si fuera mujer (en un país occidental) esto habría sido ilegal, el cirujano sería un criminal y esto nunca habría sido considerado como una opción por los doctores», escribió Alex.

Existen experiencias de todo tipo, algunos después de la cirugía llegan a disfrutar el sexo más pues ya no sienten dolor, sin embargo, existen los casos como el de Alex, que lamentan profundamente haberlo hecho.

«Alex era reservado. Ciertamente nunca habría dicho: ‘Tengo un prepucio apretado y me duele mucho’. Y no lo hizo. Y yo no lo sabía», lamenta su madre.