Hermosillo, Sonora.- Melissa ha pasado los 20 días más largos de su vida, lapso que lleva sin poder abrazar, besar, hablar y mirar a su hijo; su ex esposo se lo llevó, lo mantiene oculto y se ha valido de argucias legaloides para tenerlo con él, aún con los requerimiento de varias instancias legales, a las que ha burlado mediante un juicio de amparo.
En base al acuerdo firmado tras el divorcio en el 2015, su ex esposo pasaría la tarde del miércoles 5 de junio por el pequeño Rodrigo a su escuela, para entregarlo a las ocho de la noche en la casa de su madre Melissa, pero nunca llegó al lugar.
Argumentó que se le había hecho tarde y que al día siguiente lo llevaría a la escuela, pero tampoco llegó, por lo que comenzaron a moverse las piezas en las instancias legales, como el Juzgado Familiar, Juzgado Penal, donde incluso se generó una orden de aprehensión por sustracción de menor.
El caso es que el ex esposo inició un juicio de amparo y obtuvo la suspensión provisional del acto reclamado, por lo que la orden de aprehensión quedó inmóvil, lo mismo que una orden de arresto girada por una jueza familiar, por desacato.
Finalmente Melissa no ha visto a su hijo en 20 días, ya en dos ocasiones ha pedido el apoyo a la gobernadora Claudia Pavlovich, a los Derechos Humanos, a la Fiscalía de Justicia y a otras instancias, y no ha logrado reunirse con su pequeño.
Dijo que tiene conocimiento que a Rodrigo le han dicho que está de vacaciones con su padre, que todo está bien, es decir, lo mantienen engañado y lejos de los brazos de su madre, que ansiosa espera el día en que se haga justicia y se termine este trago amargo.
