Hermosillo, Sonora.- Finalmente se dio el milagro de las redes sociales: Melissa y Rodrigo, madre e hijo, se vieron y abrazaron por primera vez desde hace 24 días, justo desde el 5 de junio que su padre se lo llevó sin más explicación y – con engaños – lo tuvo incomunicado con ella, pese a los recursos legales que ella promovió y que él atajó por conducto de sus abogados.
Una llamada anónima puso al tanto a Melissa del lugar donde se encontraba su hijo, y salió “volando” es su auto hasta ese lugar, lo encontró en la alberca de un área común de conocido sector residencial.
El reencuentro fue efusivo, Rodrigo, de 7 años de edad, salió presuroso de la alberca al ver la llegada de su madre, ambos se abrazaron, se besaron y se dijeron cuanto se amaban.
La historia de este caso se publicó en este espacio y se refiere al divorcio de Melissa de su esposo, en el 2015, y el acuerdo que tomaron para que la custodia del pequeño quedara bajo la responsabilidad de su madre y los tiempos de convivencia con su padre.
Pero el 5 de junio el padre fue por Rodrigo a su escuela y ya no se lo regresó a su madre, lo ocultó y sorteó en el Juzgado de lo Familiar los requerimientos que le giraron, así como en la Fiscalía General de Justicia del Estado por la sustracción del menor.
Ella publicó el caso en redes sociales, varios medios tomaron su historia para publicarla y así por fin Melisa logró reencontrarse con su pequeño, y esto escribió en su cuenta de Facebook:
Melissa Mendoza Corbalá se siente agradecida.
“Hoy tras 24 días doy gracias a Dios, pues pude ver y hablar con mi hijo Rodrigo!!!
Después de atravesar la ciudad tras una llamada de un alma empática que me dijo podría accesar pues no había guardia y se encontraban en el área común.
Llegar y ver su carita de sorpresa y felicidad: Mamá!!! Qué haces aquí!?, ya se terminaron las vacaciones!? Mi corazón se apaciguó, sentí una calma que invadió mi alma.. Salió de la alberca y nos abrazamos tan fuerte, y lo besé tanto.. Le dije cuanto lo amo y como lo he extrañado yo y toda la familia… El sonriente me dijo también cuanto me amaba y extrañaba… y me pregunto Mamá aún vivíamos donde mismo? Claro mi amor, ahí sigo! Me pidió fuéramos a nuestra casita, que extrañaba y quería ver sus cosas… que me marcó pero no he contestado.
Mi corazón se apachurró, pues sé que el suyo anhela volver a su vida cotidiana… Traté de darle paz a su corazón, que pronto sería, que ahí estaría yo siempre cuando quisiera ir y que en cualquier momento podía hablarme que siempre estaría esperando su llamada… Sonrío hermoso, me platicó de mil cosas… de los planetas, del sol, de sus beyblade, de los gatitos, de una lagartija que andaba ahí y de la importancia de las abejas… tan bello y sonriente como siempre…
Ya oscurecía, paso más de una hora sin darme cuenta… Me dijo tenía calor y hambre… Yo no quería irme, pero le pedí que fuera a bañarse y a cenar… me repitió que quería ir a casita conmigo, me dijo Iré mañana o pasado? Yo con todo el amor y calma que pude le dije Pronto mi amor, no desesperes… lo abracé fuertemente y le repetí mil veces cuanto lo amaba… Pidió acompañarme hasta la reja que abrieron para que pudiera salir… Me gritó de lejos Adiós mamá! Y me tiró un beso… se veía feliz.
Hoy no tengo foto de esto… pero sin duda ha sido el mejor día de mi vida de estas últimas tres semanas de infierno que he vivido.
Se más que nunca que mi hijo merece ser tomado en cuenta, sé que quiere estar en casa… se que quiere estar viendo a mamá constantemente y su vida cotidiana, donde también veia a papá. Seguiré luchando porque así sea, sin que tenga yo que esconderme y correr entre carros, sin tener que andar averiguando donde esta para irme a parar ahí… Merecemos más que eso, Rodrigo merece más que esto… y no dejaré de luchar jamás por sus derechos…
Le pido a Dios siga cuidando de nuestros corazones, que siga manteniéndonos de pie… que no nos olvide jamás.
Hoy podré dormir en paz por primera vez en 24 días, espero mi bebé también.