Ciudad Obregón, Sonora.- En medio de un funeral bastante concurrido y con casi la mitad de los asistentes menores de edad, la tarde de este sábado fue sepultado en el panteón municipal de Nuestra Señora del Carmen el cuerpo de Jorge Alberto, el niño de solo diez años de edad que muriera al incendiarse su casa.
Sus restos mortales se colocaron en un ataúd blanco y fue retirado del domicilio de un familiar, donde llegaron numerosos arreglos florales, que rodearon el féretro, a cuyo lado se colocó una fotografía del pequeño en vida, que lucía una amplia sonrisa y portaba un sombrero café.
Lo llevaron a la iglesia María Inmaculada, de la colonia Sóstenes Valenzuela, donde se ofició una misa de cuerpo presente para pedir por el eterno descanso de su alma, y de ahí partió el cortejo fúnebre al panteón.
Jorge Alberto murió el jueves pasado, al incendiarse su casa en la colonia Villa Fontana.