Tijuana, Baja California.- Por siempre se ha dicho que las carreras universitarias se estudian y se terminan “para ganar mucho dinero”, dejando de lado en muchas de las ocasiones el lado humano, el valor de la solidaridad con quienes menos tienen y que sufren por ello; pero Marycarmen Caro Gastélum se cocina aparte.
Ella es otra historia, “y tenía que suceder en Tijuana”, gritó un taxista cuando un reportero tomaba nota de tan inusual acción de esta titulada de la Licenciatura en Enfermería.
Resulta que Marycarmen salió de su diaria jornada en un hospital de esta ciudad fronteriza, se dirigía a abordar el autobús que la llevaría a su casa, le urgía descansar luego de una agotadora jornada laboral.
Pero al llegar a la parada de camiones vio a un hombre menesteroso en silla de ruedas, en cuyo rostro se reflejaba el intenso dolor que tenía en uno de sus pies.
Sin pensarlo dos veces, ella se dispuso a revisar una herida que presentaba en el pie, sacó instrumental y los elementos necesarios (jabón antiséptico, gasa, Isodine desinfectante y cinta adhesiva) y se dispuso a practicarle una curación en plena vía pública.
Una mujer mayor que estaba en el sitio nos cuenta: “Mientras esperaba a que pasarán por mí, vi a esta muchacha que había salido de trabajar y se puso a curar el pie de esa persona indigente, no tenía que hacerlo, pudo haber seguido de paso, como muchos, estaba tal vez cansada después de un día arduo de trabajo, pero no lo hizo”.
Y agrega: “Me tenía que ir, ya habían llegado por mí, le compré un poco de material para reponerle lo que había utilizado y le pregunté si ocupaba algo más, y apenada me dijo que no, la bendije, le di gracias por lo que hacía y me fui”.
Si el mundo contara con tan solo el cinco por ciento de su población con personas altruistas como Marycarmen, otra forma de vida tendríamos todos en lo general.
Felicidades Marycarmen Caro Gastélum, una enfermera de corazón… y muy grande.