Nueva York, EEUU.- Todo parecía ser una mañana normal para los estadounidenses, lamentablemente el terrorista Osama Bin Laden les tenía preparado un amargo amanecer: Integrantes del Al-Qaeda secuestraron cuatro aviones comerciales y los estrellaron contra varios objetivos, entre ellos las Torres Gemelas de esta ciudad y parte del Pentágono, en Washington, y causó la muerte de 2 mil 977 personas.
En el World Trade Center (WTC) en el bajo Manhattan, 2,753 personas murieron cuando los vuelos secuestrados se estrellaron intencionalmente en las Torres Norte y Sur.
Las víctimas tenían edades comprendidas entre dos y 85 años. Aproximadamente el 75 por ciento de las víctimas eran hombres.
En el Pentágono, en Washington, 184 personas murieron cuando el vuelo 77 de American Airlines, que había sido secuestrado, se estrelló contra el edificio.
Cerca de Shanksville, Pensilvania, 40 pasajeros y miembros de la tripulación a bordo del vuelo 93 de United Airlines murieron cuando el avión se estrelló contra un campo.
Hoy el mundo recuerda con tristeza el mayor acto terrorista consumado y las repercusiones económicas que trajeron como consecuencia.