Un pedófilo británico que llegó a abusar de casi 200 niños fue violado y asesinado en la cárcel por otro reo que quería hacerle sentir lo que vivieron sus víctimas. Los detalles de este «ataque cuidadosamente planeado y ejecutado» se dieron a conocer en el marco de un juicio en el Tribunal de la Corona de Hull (Yorkshire, Inglaterra), celebrado este miércoles 18 de noviembre según comenta Daily Mail y replica RT.
Richard Huckle, «el peor pedófilo» en la historia del Reino Unido, fue muerto en su celda, en una prisión cercana a la ciudad de Pocklington, el 13 de octubre de 2019.
El ataque fue perpetrado por Paul Fitzgerald, también encarcelado por delitos sexuales desde el 2009, quien lo violó usando un utensilio de cocina, le metió un bolígrafo en la nariz hasta llegarle al cerebro y lo estranguló con cable eléctrico.
Asimismo, el fallecido presentó signos de golpes en la cara y los riñones y una herida de puñal en el cuello.
Cuando dos funcionarios de la cárcel llegaron a la celda, Fitzgerald se encontraba cerca de Huckle y parecía estar susurrándole algo al oído. «Creo que lo maté, está muerto», dijo Fitzgerald a los vigilantes de la cárcel, según señaló durante el juicio el fiscal Alistair Neil Macdonald.
La autopsia indicó que Huckle murió por estrangulamiento.
Un día después del asesinato, Fitzgerald admitió ante un especialista en salud mental que quería no solo matar a Huckle, sino cocinar sus restos. Además, dijo que planeaba asesinar a dos o tres personas y que «se divirtió mucho» durante el ataque que perpetró.
De la misma manera, a una especialista médica le dijo que violó a Huckle para que sintiera «el sabor» de lo que le hizo a sus víctimas, todas menores, y calificó su ataque como «justicia poética».
Entre tanto, Fitzgerald se declaró inocente del cargo de asesinato y su defensa alega que se trata en realidad de un homicidio con responsabilidad disminuida.
Huckle había sido condenado en el 2016 a 22 cadenas perpetuas por violar a 191 metió mientras se desempeñaba como voluntario en orfanatos de Malasia y Camboya.
Según un psiquiatra, para el momento del ataque el acusado sufría psicopatía y trastornos de personalidad mixta y de identidad de género.
Huckle había sido condenado en el 2016 a 22 cadenas perpetuas por violar a 191 menores de entre 6 meses y 12 años. A todos los sometió mientras se desempeñaba como voluntario en orfanatos de Malasia y Camboya.