CIUDAD OBREGÓN, Sonora.- Desde hace 5 años, el argentino Diego Simonetta renunció a su trabajo para dedicarse a recorrer el continente americano al lado de su mascota «Mole» de raite y en su bicicleta, como una forma de conectarse con el mundo y la naturaleza.
Cargando con sus pertenencias más importantes en una bicicleta de color azul con un remolque donde viaja su mascota ha recorrido más de 2 mil kilómetros desde su natal Argentina hasta Sonora pasando frío y calor, pero disfrutando de los maravillosos paisajes que se cruza en el camino.
El joven de 31 años de edad comentó que salió de su lugar de origen solamente con una mochila con un par de cambios y unas cuantas cosas básicas y que de raite logró llegar a territorio Mexicano, donde se hizo de una bicicleta y comenzó a pedalear recorriendo los estados.
“En abril voy a cumplir seis años realizando esto, no sabía cómo iba a lograr hacer esto, pero un día dije cuando tenía 25 años dije voy a renunciar a los horarios a vender el tiempo por un sueldo y salirme de eso para disfrutar de la naturaleza”, resaltó.
Viene desde Argentina y ahora está en Sonora; no se arrepiente de esta decisión
Compartió que no se arrepiente de haber tomado esta decisión y que se encuentra fascinado por todos los lugares que ha podido conocer, y que sus favoritos han sido Perú, Colombia, Costa Rica, y en México; Durango, Hidalgo, Yucatán, Oaxaca, Chiapas y muchos más.
Logra costear sus gastos con la venta de pulseras, atrapasueños y artesanías, mencionó, ha vivido de todo durante su viaje, pero mayormente han sido cosas buenas que lo han llenado de buenos y agradables recuerdos.
“Nunca tengo un plan como tal, dejo que fluya, pero ahorita puedo decir que voy rumbo a Tijuana para luego bajar hacia Los Cabos y tal vez ahí con el ferry volver a Mazatlán e ir hacia el sur de vuelta”, subrayó.
Añadió que comenzó su viaje solo, pero que hace tres años pasando por Chiapas encontró adoptó a una perrita a quien bautizó como “Mole” porque le gusta mucho ese platillo, y que se convirtió en su fiel e inseparable compañera.
En días pasados en su ruta hacía Tijuana pasó por Cajeme y durmió en la comisaría de Esperanza, donde realizó un pequeño recorrido para después proseguir con su camino.