Un joven británico por poco se quita la vida debido a su adicción a los videojuegos; Carl Thompson, de 17 años, confesó al periódico The Mirror que intentó suicidarse al no hallar una solución a su afición por el juego Fortnite.
“Siempre he sido antidrogas, pero todo lo que quería era jugar más y ese parecía el único camino. Me mantenía despierto con bebidas energéticas y sin comer. Luego, conversando con unos amigos, me sugirieron el uso de metanfetaminas”, dijo Thompson.
La adicción llegó a un punto en el que Carl no quería ir a clases ni practicar deportes con sus amigos. También comenzó a robar a sus padres para comprar añadidos a su personaje en Fortnite.
El joven se vio en un túnel sin salida y en abril decidió quitarse la vida. Thompson fue a su habitación y quiso saltar desde una ventana. Sin embargo, su padre oyó un ruido extraño y pudo intervenir.
“Tenía que escapar de esta existencia y solo había una forma, me asomé y quería terminar todo. Estaba temblando y llorando. Antes de saltar, sentí una mano en mi cuello que me retuvo”, afirmó el chico.
El joven ahora es consejero y vocero de organizaciones que tratan el problema como un asunto de salud pública.