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Indignante caso de cinco hermanas que fueron abusadas por un sacerdote frente a sus padres

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Estados Unidos.- Cinco hermanas sorprendieron a la comunidad de Pensilvania tras dar a conocer que fueron abusadas sexualmente por el sacerdote Augustine Giella cuando una de ellas tenía solo dieciocho meses de edad.

Durante una entrevista con CBS News, las hermanas Fortney, Patty, Lara, Teresa y Carolyn, dijeron que el padre Giella era muy cercano a su familia, tan confiable que era visto como un abuelo que les obsequiaba regalos.

Patty relató que tenía trece años cuando comenzó el abuso, Lara tenía diez, Teresa tenía seis años y Carolyn de apenas dieciocho meses.

Las chicas dijeron que no entendían lo que Augustine Giella les hacía, pero confiaban en él porque era su sacerdote; sin embargo, aseguran que hubo momentos en que cometió las agresiones en su propio hogar, cuidándose de no ser descubierto por los progenitores de las pequeñas. Patty declaró:

Él estaba constantemente abrazándome frente a ellos, besándome frente a ellos, tratando de poner su lengua en mi boca”

Los padres de las niñas, Ed y Patty, descubrieron los abusos luego de que uno de sus nietos encontrara una caja que contenía fotos de Carolyn desnuda y pornografía, e informaron de inmediato a la diócesis local en 1992; asimismo, una de las hermanas denunció el abuso sexual ante las autoridades correspondientes.

Augustine Giella, quien había trabajado en seis iglesias en Pensilvania y Nueva Jersey, fue acusado de cometer actos de agresión sexual, de poner en peligro a un niño y de pornografía infantil, pero el sacerdote murió en 1993, cuando tenía 70 años, antes de que comenzara el juicio.

La familia Fortney presentó dos demandas civiles contra la diócesis de Harrisburg y decidieron hablar públicamente para ayudar a otros que han sido abusados.

En una declaración para CBS News, la Diócesis de Harrisburg se disculpó con la familia y llamó a Giella un ‘monstruo que cazaba a niños inocentes’.

Asimismo, dijo que el caso de las hermanas Fortney fue mal manejado y que quienes estaban al mando en ese momento no pudieron protegerlos; sin embargo, las hermanas dijeron que nunca recibieron una disculpa directa de la Iglesia católica de Pensilvania, acusada de proteger a 300 sacerdotes, entre ellos Giella.