Guatemala.- José Roberto Díaz fue asesinado a los 18 años, sus agresores lo torturaron y le marcaron con una navaja en el vientre «morro, hueco y maricón», finalmente usaron la lapidación para terminar con su vida.
Fueron sus vecinos quienes hallaron en un baldío el cuerpo del maquillasta y activista de la organización en pro de los derechos LGBTI, Trabajando Unidos por Huehuetenango, que en días anteriores había recibido amenazas y mensajes de odio.
Los asesinos se aseguraron de dejar su huella en el rostro de la víctima: le marcaron un «18»; el nombre de la pandilla que opera en Centroamérica. A decir de Gabriela Morale, integrante de Gente Positiva, se trató de un ataque brutal con mucha saña.
«Él era nuestro voluntario en Trabajando Unidos, participó de los últimos dos desfiles por la diversidad que se realizan en junio en la capital. Esto es un golpe bajo, pero, aunque con esto pretendan desarticularnos, nos estamos uniendo el doble, porque si van a tocar a una persona LGBTIQ, nos van a tocar a los más de 36 mil registrados sólo en la capital»
GABRIELA MORALE.
Su madre exige justicia
José Roberto gustaba de travestirse y trabajaba en una estética para mantenerse solo. Sin embargo, la tragedia comenzó cuando ganó un concurso de belleza pues fue desde entonces que sufrió más homofobia que nunca.
«Él no era cualquiera, era una reina y como reina que es, quiero hacerle justicia», dijo su madre, quien junto con Trabajando Unidos por Huehuetenango exigió a las autoridades dar con los responsables de la muerte de su hijo, así como garantizar la seguridad de las personas LGBTI.